A nosotros no nos cabe ninguna duda y seguro que a tí, que estás empezando a leer esta reseña, tampoco: el cómic también es Arte con mayúsculas. El Noveno Arte. Sus posibilidades gráficas y la facilidad para su difusión le convierten aún hoy en día en que las inteligencias artificiales tratan de anularnos, en un medio único de expresión. Así lo entendió el muy respetable Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), quien conociendo y respetando la trayectoria de Jorge Carrión y Sagar Fornies les hizo un encargo a ambos autores como el propio Jorge Carrión cuenta: “El Museo nace de una propuesta para que imagináramos, Sagar y yo, un relato alternativo a la colección de Gótico. De ese experimento de ensayo visual surgió Gótico, una pequeña novela gráfica o ensayo gráfico que publicamos ya hace varios años. Y como ese librito les gustó mucho, nos pidieron que lo convirtiéramos en novela gráfica y que Gótico fuera un capítulo de una especie de ensayo o de catálogo de todo el museo, con absoluta libertad para hacer lo que quisiéramos. De ahí surgió la idea de un capítulo sobre Románico, otro sobre Gótico, otro sobre Renacimiento y Barroco y un último sobre Moderno contrapunteado con crónicas de personajes emblemáticos o no del museo o de la Historia del Arte”.
El resultado final es mucho más que un ensayo o un catálogo del MNAC. Inclasificable en una sola categoría narrativa, El Museo emplea todas las herramientas imaginables del lenguaje del cómic para conducirnos a un paseo único en el que aprender, conocer e incluso evadirnos. Ilustrado con profundas reflexiones escritas que se aplican a todos los museos, los autores hilan con palabras un despliegue visual que invita a perderse en el MNAC a quien no lo conozca, pero también a quien ha tenido la suerte de visitar el que sin duda es uno de los museos más espectaculares e importantes de toda nuestra geografía.
Con cada frase y palabra medidas como si se tratase del más exquisito catálogo de arte, El Museo enmudece cuando las ilustraciones de Fornies cobran protagonismo y son capaces de llevarnos, en silencio, mudas, a esos lugares que Jorge Carrión introduce con la maestría del mejor guía de museo. Fijaos en las viñetas que siguen cómo se inicia la aventura de uno de esos personajes de los que habla Jorge Carrión y que cobran vida en viñeta: el primero, a raíz del Románico y las joyas únicas que se conservan en el MNAC, es el poeta y sacerdote Jacint Verdaguer. En la década de los 70 y 80 del siglo XIX, cartografió con sus pies y con sus versos el norte de Cataluña, realizando cerca de doscientas excursiones por el Pirineo que le llevaron a ser la primera persona en coronar la cumbre del Aneto.
El viaje continúa con la expedición de los seis aventureros que se adentraron en los maravillosos Vall de Boi y Vall D’Aran para documentar el incalculable tesoro que se escondía en sus iglesias románicas. Lluis Doménech I Montaner, el arquitecto Lluis Puig Cadafalch, el jurista y experto en costumbres locales Guillem Broca, el arqueólogo, paleógrafo y cura Josep Gudiol, el arquitecto Josep Goday y el fotógrafo y documentalista Adolf Mas, dibujaron las iglesias, copiaron las incripciones de los muros, dibujaron los planos de todos los edificios medievales de los valles y realizaron más de doscientas fotografías.
De las 3.000 pesetas de la época con que contaron para tal menester, aún les sobraron 722. Lo que no sabían precisamente es que su labor científica pondría en el mapa lo incalculable de los tesoros que ambos valles habían guardado durante siglos de recogimiento y silencio. Y aquí entran en juego ideas siempre unidas a cualquier museo: cómo salvar del expolio y el vandalismo bienes que nos pertenecen a todos pero dejando huérfanos a los emplazamientos originales. Aparece aquí una obra que representa especialmente al MNAC: el Pantocrator de la iglesia de Sant Climent de Taüll, cuyo original se conserva en el museo con su implacable mirada, esa que el mismísimo Picasso, cuando visitó la colección de arte románico en septiembre de 1934 consideraba de su “contemporáneo”.
Pero si bien Picasso es un invitado de lujo al final del libro, llegados a la época moderna, antes de él tienen presencia y protagonismo habitantes de museos universales, personalizados en el caso del MNAC en nombres reales de historias todas igualmente interesantes como Vargas, actual coordinador de seguridad del museo al que siguen los dibujos de Fornies recorriendo los lugares visibles, las salas, pero también las catacumbas y las alturas del museo por dentro, con curiosidades mil que concluyen con un “si queréis más historias, buscadme por aquí, por las salas del museo, que os las regalo. Son gratis”.
Y así el libro, el ensayo, la novela gráfica avanzan en el tiempo del Románico al Gótico y de éste al Renacimiento y al Barroco, recreándose en algunas obras, ofreciéndonos datos siempre interesantes del museo y manteniendo un diálogo interno en torno a lo que construye y mantiene vivos estos santuarios de obras de arte únicas. El ritmo narrativo, aún cuando se trata de momentos puramente teóricos con otros de puro deleite visual gracias al color y ritmo visual de Fornies, nos mantiene dentro del museo ficticio en todo momento. Los autores saben jugar a la perfección con un guión tan impredecible y de momentos y tonos tan diferentes, donde los elementos de puro cómic están colocados en el lugar y momento adecuados. Y así asistimos también a la historia de Roser, empleada del museo que trabajó normalmente en él hasta perder la vista y que, sabiéndoselo de memoria, ahora trabaja en hacer del edificio un lugar accesible para otras personas con problemas. Y tras ella otro invitado ilustre: Goya, de quien los autores se centran en su sordera y su forma de comunicarse con el mundo a través de su arte aún cuando sus ventanas al mundo se iban cerrando. Y tras él, vemos el museo al completo a través de los ojos y eruditas explicaciones y reflexiones de Josep Maria, un profesor de instituto que lo recorre con la atención y preguntas de sus alumnos. El último homenaje a un personaje popular junto a Picasso es para la pintora Lluïsa Vidal, representación femenina de la sociedad patriarcal que arrinconó injustamente a grandes artistas como ella, relegadas a un absurdo papel secundario que museos como el MNAC rechazan redescubriéndonos su obra y su vida junto la de otras pintoras.
Después de asistir, más que leer, a El Museo sólo queda coincidir con una de las citas con las que se inicia este apasionante regalo a los sentidos: “un libro de arte es un museo sin paredes”. A lo largo de todas sus páginas se hace difícil creer cómo describe el autor Jorge Carrión cómo se enfrentaron a esta obra: “la creatividad es que tienes que hacer de la necesidad virtud. Conocer tus límites, explorarlos y con las herramientas que sí dominas, intentar que no se note que hay tantas otras que no sabes manejar”. Porque El Museo no parece tener límites y volver a sus páginas una y otra vez también es hacerlo no sólo a todas sus reflexiones, sino a los increíbles dibujos de Sagar Fornies, todos diferentes, tanto como los estilos que alberga el MNAC, y con joyas finales como las dedicadas al mundo del cómic y del tebeo que harán las delicias, volviendo allí donde empezamos, de todo amante del Noveno Arte en este museo escondido entre las páginas de este libro.
SOBRE LOS AUTORES
Jorge Carrión
Jorge Carrión es doctor en humanidades y director del Máster en Creación Literaria de la UPF-BSM. Es autor de libros como Librerías (Anagrama) y Barcelona. Libro de los pasajes (Galaxia Gutenberg). Es crítico cultural del suplemento Cultura/s de La Vanguardia y de The New York Times en Español. Ha sido traducido a diez idiomas y ha impartido cursos y seminarios en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo.
Sagar Fornies
Nacido en Zaragoza y criado en Huesca, vive en Barcelona desde 1996. Después de estudiar Bellas Artes en la UB comenzó a trabajar en animación para publicidad, escenografía con la ilustre compañía La Fura dels Baus y empezó a publicar cómics de forma esporádica. Primero en la editorial Dude, pasando por Astiberri y EDT. Estuvo trabajando en los diseños y fondos de la película Chico y Rita del Estudio Mariscal, y creó la escenografía para el ballet La consagración de la primavera, de Stravinsky, estrenado en París en 2013. También ha realizado encargos para empresas como Sony, La Caixa, o el Fútbol Club Barcelona, así como en diferentes publicaciones de prensa. Además, ha dado a imprenta tres libros de bocetos sobre Barcelona, el último en abril de 2015.
