Entrevista con L. Ángel Palomeque Lizano, autor de «Segmento», novela gráfica editada por Dolmen Editorial.

No te dejes engañar por su portada. Tras la agitada escena dibujada con trazo caricaturesco por L. Ángel Palomeque Lizano en la que vemos a varios personajes correr alocados como si la vida les fuera en ello y que no sabemos si interpretar como comedia, drama o tragicomedia, se esconde un tema mucho más profundo y serio de lo que a simple vista podríamos esperar de la primera novela gráfica de un autor recién llegado al medio del cómic: nada menos que el suicidio. En sentido inverso, a sabiendas de las posibilidades narrativas y temáticas que son capaces de ofrecernos esas viñetas en las que algunos creen sólo posible la inocencia, Segmento es a la vez una historia sorprendente, original, probablemente realista pero inevitablemente absurda y divertida a la vez. Un poco como la vida misma, donde habitualmente todos los matices se mezclan sin orden ni concierto hasta dejarnos tan aturdidos a veces que hay quienes dejan de ver la posibilidad de amanecer otro día.

Segmento comienza de forma inequívoca: Firmo García Núñez, un joven con la simbólica edad de 33 años y habitante del lado más gris de la ciudad de Madrid, ata los últimos cabos sueltos y se dirige, como lo hacen de verdad los que no ven salida en el mundo real, a su final. Completamente determinado a terminar con su vida en las vías del tren, Firmo considera toda vida como el recorrido de un segmento, una línea con principio y final. Su reflexión, a un paso del abismo sin retorno es clara: «mi línea se ha alejado… poco a poco de su rumbo». Un minuto nos separa, a su lado, de perder del todo la esperanza. Y entonces de repente… volvemos atrás en el tiempo y nos encontramos con el Firmo García Núñez de 30 años. Y así comenzamos a entender mejor los pasos que le llevarán, tres años más tarde, a querer acabar con todo. De camino a su casa, nos cruzamos con personas que suponen importantes detalles de cómo Firmo es quien es. Fausto, un antiguo amigo del que Firmo acaba huyendo mientras vislumbramos el nombre de Amelia en su móvil, evitada con el mismo pánico que Fausto.

Imagen promocional creada por el autor de los diferentes personajes de Segmento.

Y entonces a Firmo, si existe algo llamado destino, éste le ofrece una segunda oportunidad. Un onírico personaje sin rostro cuyo nombre es Punto, omnisciente y conocedor del todo de la vida del personaje, le revela su futuro y la posibilidad de cambiarlo. Para ello, en su particular magia mezcla del Cuento de Navidad de Dickens con Regreso al Futuro, ante la misión de evitar su propia muerte, Punto le ofrece la inesperada y paradójica ayuda de cuatro versiones pasadas de sí mismo, o lo que es lo mismo, los Firmo de uno, siete, trece y diecinueve años. Tan estrambótico y dispar grupo, conocedores los más mayores de los cambios y malas decisiones que tomarán sus versiones menores en determinados momentos, L. Ángel Palomeque nos presenta un increíble viaje casi a ninguna parte donde cinco personajes que son cinco versiones de si mismo separadas por la experiencia de los años y las desilusiones, reconstruyen el pasado del personaje a la búsqueda de darle un futuro.

LH MAGAZIN: Segmento es tu primer cómic pero apuestas directamente muy alto con una obra muy personal sobre un tema tabú como es el suicidio. Vienes del mundo del cine y la televisión como versátil creador de storyboards… ¿Qué te hizo convertir tu inspiración en un primer cómic tan arriesgado?

L. Ángel Palomeque Lizano: Me suele pasar que si se me ocurre una idea que me llama la atención, no puedo pensar en otra cosa. Y a pesar de mi oficio, el cómic es el medio que llevo usando para contar mis ideas desde que tengo uso de razón. Al contrario de otras formas de narrar, con el cómic solo necesitas un papel y un lápiz, el medio más accesible de todos. Cuando se me ocurrió la idea base de Segmento, solo pensaba en poder llevarla a cabo. Sabía que sería complicado tanto hacer el cómic por los temas que trata, como de venderla a las editoriales. Aunque Segmento habla de muchas cosas y su mensaje es positivo, el público podría quedarse en la superficie con el tema tabú del suicidio. Pero a pesar de eso confiaba en la fuerza y el interés de la historia y sus personajes. Y siempre me decía a mí mismo: «Si no sale, da igual, se acaba y se empieza con el siguiente». El resultado iba dar igual, ese cómic lo iba a hacer sí o sí, no por publicarlo, si no porque la historia merecía ser contada.

¿Cómo te documentaste sobre un tema prohibido casi por decreto en los medios de comunicación?

Intenté ver muchas declaraciones de supervivientes y familiares de víctimas de suicidio. Intentar comprender qué les llevó a cometer ese acto y cómo conviven con ello las familias. Hay unos cuantos documentales y entrevistas al respecto, también análisis de psicólogos y psiquiatras sobre el tema.

Cuando me encontraba en las primeras fases del desarrollo de la idea, el cómic iba a tener un enfoque muy diferente al que acabó teniendo. El protagonista vería esa versión futura que se quita la vida como algo terrorífico que le persigue y le atormenta. Cuando empecé a documentarme con casos reales, me di cuenta que más que miedo encontré tristeza y dolor. Así que cambié el enfoque, me centré en esa tristeza y ese dolor insoportables que por desgracia mucha gente padece.

Imagen promocional creada por el autor de los diferentes personajes de Segmento.

En el lado amable y optimista de los temas que adoptas en Segmento, ¿qué películas, series, cómics o libros sobre viajes en el tiempo te han servido mayormente de referncia?

Soy fan de las películas de viajes en el tiempo, desde Regreso al Futuro, X-men: Días del Futuro Pasado, Terminator 2, hasta mi película favorita de este género: Predestination. O incluso sin ser necesariamente de viajes en el tiempo, el manga 21th Century Boys es un gran referente, que aunque no entra dentro del género, hay saltos temporales y las relaciones de la infancia respecto a sus versiones adultas son muy relevantes. Cualquiera de ellas puede haber sido un buen referente.

Leer Segmento resulta tan extremadamente fácil y ameno gracias a los elementos fantásticos que añades a tu relato. ¿Cómo lograste encajar todos esos elementos que prescinden de paradojas temporales y que nos hacen sumergirnos en una historia tan repleta de mensajes optimistas a pesar de la realidad?

Es cierto que hubo momentos en los que temía que fuera demasiado lioso tantas versiones pasadas y futuras mezcladas con saltos en el tiempo. Así que intenté dejarlo lo más sencillo posible, no quería que la gente se distrajera del tema principal por paradojas. La idea era presentar un mundo real y reconocible como es Madrid, con un protagonista como otro ciudadano más, una persona de a pie.

Los elementos fantásticos como «Punto» y las versiones pasadas siguen esa misma norma de mantenerse lo más cercanos a la realidad, nada muy extravagante. Algo que me sirve para saber si mantengo la verosimilitud es si estos personajes podrían realizarse sin complicaciones en una obra de teatro. Y como hay un salto temporal, que este no fuera a un futuro lejano, sino de tan solo tres años, así que el cambio es mínimo. Con este viaje en el tiempo creé un pequeño paréntesis, una zona de juegos donde poder meter toda la fantasía que quisiera en un entorno que, como bien dice «Punto» al principio de la obra: «Es un futuro que puede o no puede existir», algo real e irreal, un lugar donde lo fantástico y lo cotidiano conviven. También el hecho de experimentar toda la historia desde los ojos de Firmo nos da una subjetividad con la que podemos dudar qué es fruto de su mente y qué es real.

Una de tus reflexiones, igual a la conclusión de muchos expertos, es que uno de los mayores problemas de un problema como éste es la dificultad de mucha gente para pedir ayuda. ¿Has llegado a vivir este serio problema de nuestro tiempo en alguien cercano a quien tú personalmente conocieses o ayudases?

Al ser un problema tan generalizado, he visto mucha gente a mi al rededor con esas dificultades a la hora de buscar ayuda. Incluso yo mismo, en casos mucho más leves, me he visto en esa incapacidad. Con el tiempo vas aprendiendo a abrirte más a tus allegados pero siempre recordando que si estás en una situación complicada o en un estado mental preocupante, lo mejor que debes hacer es buscar ayuda profesional.

Queda claro por el dinamismo de tus viñetas tu experiencia realizando storyboards. Pero en sentido inverso, ¿qué te ha enseñado y qué has aprendido como dibujante construyendo algo tan diferente como un cómic, donde el ritmo, que tan bien has sabido manejar, procede de elementos más allá del simple dibujo como los diálogos, las pausas o los textos que acompañan las viñetas?

Pues he aprendido mucho (y seguiré aprendiendo), la creación de este cómic ha sido ante todo un aprendizaje constante. La gran diferencia con el storyboard es que en el cómic lo que debes aprender a manejar es el espacio, no el tiempo. La composición de las viñetas, el control de la tensión respecto al paso de las páginas, es un trabajo precioso y mágico en el que tu objetivo es no perder la atención del lector. También que los diálogos, la composición, el dibujo y el color son elementos que por separado tienen su valor, pero complementándose entre ellos, son los que forman la narrativa y la historia. Un trabajo en equipo que, en otros medios es igual de relevante, pero en mi caso al ser solo yo, me di cuenta de la importancia de la coherencia y cohesión entre etapas.

Imagen promocional creada por el autor de los diferentes personajes de Segmento.

¿Te resultó tan fácil construir un guion tan sólido como dibujarlo?

Ninguna de las dos partes resulto especialmente fácil ja, ja. A la hora de abordar el guion, lo más complicado y laborioso es definir bien las personalidades de todas las versiones. Pero claro, en este caso tenía su miga. Tenían que ser personalidades bien diferenciadas para que, al interactuar entre ellas, fuera interesante, pero lo suficientemente similares para que se viese que son la misma persona. En cuanto tuve su personalidad y contexto, el resto si que fue más rápido, sabiendo qué sentía cada versión, las interacciones salían solas. También quise dividir la historia en partes, así me resultaría más fácil ahondar en cada tema que quería tratar con cierto orden, como son el trabajo, la amistad, la familia y el amor, todo lo que tiene que afrontar Firmo para salvarse. Estas partes están divididas por las horas que les quedan a los protagonistas para resolver el misterio, y curiosamente, son las mismas cifras que las edades de cada versión.

En cuanto al dibujo, sabiendo lo que tengo que contar y lo que quiero transmitir, me centré en las expresiones de los personajes. Que contaran más con sus caras que con los bocadillos. Quise mantener un estilo sencillo pero práctico, que me dejara explayarme con las facciones de los personajes pero sin la necesidad de tener mucho detalle. Y como remate el color, que con una gama cromática que apoya la narrativa, siendo el rojo el color de la vida y la esperanza, y el amarillo, el color de lo tóxico y la muerte. Durante todo el cómic veremos la lucha constante de estos dos tonos por tener el control de la paleta paralelamente de la lucha de Firmo por salvarse de su cruel destino. Conceptualmente tanto el dibujo como el color fueron cosas sencillas, pero fue lo más laborioso de hacer por la cantidad de páginas del cómic.

Videopresentación con varios ejemplos de storyboards realizados por L. Ángel Palomeque.

Con una experiencia profesional que, en tu caso, se basa sobre todo en la ilustración digital y realizar storyboards, puede resultar fácil y obvio preguntarte por los dibujantes de cómic que te han influido a la hora de animarte a ser tú dibujante también, pero ¿hay autores de storyboard que hayan resultado clave a la hora de desarrollar tu forma de captar el movimiento y que quizás no sean ni siquiera conocidos para el público en general?

Pues es curioso porque mis referentes en storyboard suelen ser directores o películas en las que hay un equipo de storyboard, más que otros compañeros de oficio concretos. Tengo compañeros que admiro e intento mejorar para llegar a su nivel pero estamos tan escondidos en la producción que hasta yo mismo peco de no fijarme en los nombres. En cuanto a referentes te podría decir equipos que trabajaron en películas como Spiderman Into The Spider-verse, Over the garden Wall y El Planeta del Tesoro. Y directores como Danny Boyle, James Mangold y, obviamente, el maestro Steven Spielberg.

Ejemplo de storyboard realizado por L. Ángel Palomeque.

Vivida ya la experiencia, ¿has llegado al mundo del cómic para quedarte o te planteas volver al mundo del storyboard?

La idea es mantener ambas cosas. En este país es muy complicado vivir de los cómics, y aún más siendo nuevo como soy. También me gusta mi trabajo como Storyboardista, es un trabajo que me llena y me encanta formar parte de un equipo. Así que tendré mi trabajo en lo audiovisual, y en mis tiempos libres contaré historias en viñetas. Un plan perfecto si te apasionan ambas cosas como a mí y no te gusta tener tiempo libre ja, ja.

Como autor joven del todo contemporáneo, ¿todo el trabajo lo realizas en digital? ¿O el trabajo de esbozar y planificar es algo que aún contemple el uso tradicional de papel en tu caso?

Pues mira, me ocurre una cosa muy curiosa. Yo trabajo todo en digital, el storyboard, la línea, el color, todo. Me siento más cómodo de esta manera y lo veo más practico (el ctrl Z me ha salvado de tantas…). Pero, a la hora de ponerme a pensar el boceto, sea de storyboard o de una página de cómic, siempre debo hacer un boceto previo en papel. Como que no concibo plasmar la idea de mi cabeza al ordenador, necesito ese nexo que es una página en blanco y unos garabatos rápidos. Así que, aunque la tecnología avance, siempre habrá algo que nos siga aferrando al papel.

Imagen promocional creada por el autor de los diferentes personajes de Segmento.

Una vez que tuviste clara la idea de esta novela gráfica, ¿fue primera su concepción y ejecución o buscaste antes una editorial que tuviese claro que editaría Segmento?

Yo desarrollé el proyecto hasta tener la línea acabada y, en ese momento, ya me puse a presentarlo a las editoriales que más encajasen. Nunca tuve claro si llegaría a publicarse, en realidad a penas pensaba en ello. Yo solo tenía en la cabeza hacer esta idea en cómic y lo que fuese después, ya se iría viendo. Y en los siguiente proyectos la idea será la misma, contar la historia y, si suena la campana, se publicará. Con Segmento tuve la suerte de que a Dolmen le gustó el cómic y quisieron editarlo, a pesar del tema tan peliagudo que trataba, confiaron en él. Y eso es algo que siempre les agradeceré.

Presentación de Segmento en Segovia el 1 de febrero de 2025.

Ya has iniciado una gira promocional con presentaciones y firmas de tu libro por capitales españolas. ¿esperabas una acogida tan positiva y reconfortante como la que aparentemente estás teniendo?

Pues no me lo esperaba, por ahora está siendo una experiencia maravillosa. Iba a la gira con un poco de respeto por que no soy una persona que le guste hablar en público, pero al tratarse de que el tema es algo que me apasiona tanto, como es mi propio cómic, pues me lo estoy pasando como un niño pequeño ja, ja. Y encima estoy recibiendo buenas críticas del cómic, a la gente le está gustando y eso me parece increíble. No puedo estar más contento.

¿Crees en las segundas oportunidades como los personajes del libro terminan haciendo?

Por supuesto, en parte hice el cómic con la idea de transmitir ese mensaje: que nunca es tarde para cambiar. Somos humanos, y como tales, es imposible que no nos equivoquemos en esta vida. Nunca es tarde para cambiar el rumbo si así lo quieres. El protagonista de Segmento comete muchos errores y se resigna a vivir con ellos y la culpa de haberlos cometido. La moraleja es que hay que perdonarse por los errores pasados, hay que mirar al futuro con esperanza, buscar ayuda y, ante todo, recordar que te quieres.

En nuestra mano ahora como lectores está darle desde el presente una oportunidad a un autor que ha demostrado con esta primera y sorprendente obra ser capaz de escribir su futuro con las ideas muy claras en una gran historia. Capaz de mil y una formas diferentes de dar vida en viñetas a temas y sentimientos que van de la ansiedad a la esperanza, pasando por el arrepentimiento y la autosuperación como meta y solución capaz de llevarnos de la resignación a vivir a ser capaces de apreciar la suerte de cada nuevo día, L. Ángel Palomeque nos recuerda con Segmento, mucho optimismo y humor la suerte de amanecer cada día de nuevo.

SOBRE EL AUTOR

L. ÁNGEL PALOMEQUE LIZANO

L. Ángel Palomeque Lizano realiza storyboards tanto para largometrajes cómo para programas de televisión. Segmento es su primera publicación editorial en el noveno arte. Una obra y un autor a los que veréis que no hay que perder la pista. 

En sus propias palabras: «Una de mis mejores características es mi rapidez a la hora de dibujar y diseñar un story. También soy capaz de adaptarme a cualquier estilo tanto de dibujo como de storyboard. En cuanto al trabajo en equipo, me desenvuelvo muy bien con otras personas y aprendo de ellas para convertirme en un mejor artista. Las películas y todo tipo de contenido audiovisual han sido mi pasión desde que era un niño, y el hecho de poder trabajar en un producto que puede disfrutar todo el mundo, significa mucho para mi y me haría sentir el hombre más feliz del mundo».

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