De entre nuestras muchas debilidades reconocidas hay una con nombre propio que, mes a mes, nos sorprende siempre con ganas de comerse el mundo. Hablo de Editorial Astronave, inclasificable sello nacido bajo el ala de Norma Editorial que lleva mucho tiempo logrando una calidad sobresaliente en lo que publican en castellano y catalán. Orientada al público infantil y juvenil, en su prominente catálogo hay lugar para cómics, libros ilustrados e incluso novelas que se fijan siempre en historias especialmente originales y en autoras y autores que quizás pasaron desapercibidos y a quienes desde aquí se trata su obra con el cuidado que todo buen descubrimiento merece. El abismo es una de sus últimas aportaciones a esa mezcolanza de relatos que quizás se venden como producto juvenil pero que, en los que en realidad todos podemos encontrar algo que aprender. Resumido por su autor de una forma cruda y directa, esta novela gráfica «trata sobre un grupo de estudiantes de secundaria que se gradúan en un mundo que no comprenden. Para curar su frustración, huyen de su hogar y se dirigen a una comuna isleña que les promete una forma de vida que tiene sentido para ellos».
Lo cierto El abismo es una obra valiente que trata y consigue ponernos en la piel de Oli (Olivia), Milo, Alvin y Liam. El instituto acaba para todos ellos y, formando parte de la desubicada juventud real de nuestros días, las opciones de seguir estudiando o ponerse a trabajar les convencen a todos bastante poco. Pero eso no quita que, como cualquiera, quieran encontrar su lugar en el mundo en una edad en la que, para su suerte, aún se cree en ideales. De ahí que Oli haya convencido a su mejor amigo Milo para huir de casa y lanzarse al inicio del verano, sin siquiera quedarse a su propia graduación, a un peregrinaje que les lleve a «Siempreverde», una comuna en una isla idílica que descubrió en un viejo folleto informativo en casa de sus padres cuando posiblemente estos aún no se habían divorciado. «El abismo fue una historia muy importante para mí -confirmaba Adam de Souza en varias de las entrevistas aparecidas en medios digitales canadienses cuando se publicó su obra-. Al escribirla, aclaré mis propias experiencias y los sentimientos complicados que tuve cuando era adolescente y joven adulta y luchaba por “encontrar un lugar en el mundo”. Quería escribir una historia que nos animara a encontrar consuelo al abrirnos paso entre las grietas de un sistema a menudo inhumano, lentamente violento y silenciosamente opresivo».
De Souza juega sin duda con la ambivalencia de la palabra que escogió para el titulo de esta historia, The Gulf, porque significa tanto «golfo» geográfico, como «grieta», como ese «abismo» que acertadamente titula la edición en castellano. Y es que Oli y sus amigos se embarcan a la búsqueda de una utopía de la que realmente no saben nada en un camino repleto de grietas, empezando por el hecho de que Oli se ve obligada a huir literalmente del instituto cuando su reacción extrema ante el arquetípico abusón de su instituto le hace perder completamente los nervios. Y de golpe, como la vida misma, se ve sin todo lo que llevaba meses preparando en su mochila, enfrentada a la realidad en todo su esplendor.
En el viaje que evita el abismo, Adam de Souza retrata con detalle a cada personaje, sus dudas, sus miedos, pero sobre todo su normalidad. Hace reales a un grupo de adolescentes a punto de convertirse en adultos que el público juvenil puede hacer suyos con facilidad mientras un lector adulto encuentra en los giros del quion una historia que sobrepasa fronteras de edad en un certero y honesto retrato de gente buscando su lugar. «Era una historia que quería contar porque quería leerla -confirma el autor-. Sabía a quién iba dirigido el marketing cuando la presenté y la escribí, pero no la veo como una historia destinada específicamente a un grupo de edad. Nunca sentí que estuviera cambiando la historia que quería contar. Sin duda, es apropiada para ese grupo de edad, pero no siento que haya escrito un libro solo para un público. Siento que escribí un libro para cualquiera que piense que suena interesante, por eso no me dedico al marketing».
Según avanza la historia, en la que resulta imposible no perderse con Oli y sus amigos, Adam de Souza muestra una soltura y agilidad narrativas que practica, como muchos otros ilustradores de su generación, ilustrando tiras en webcomics. Uno de ellos, Blind Alley, que confiesa haber desarrollado cuando estaba inmerso en la escritura y dibujo de El abismo, ganó incluso el prestigioso premio Cartoonist Studio Prize para web cómics. «Mi padre trabajaba en animación -recuerda sobre sus orígenes-, así que los dibujos animados y los cómics siempre formaron parte de mi vida. En la escuela primaria devoraba todo lo que caía en mis manos: manga, tiras cómicas o cosas de superhéroes. Me animaban a dibujar y, posteriormente, pasaba mucho tiempo haciéndolo. ¡Estas cosas eran lo único que me importaba!»
Mezclando todos los elementos con los que creció, El abismo es recomendable tanto para lectoras y lectores de manga como para quien disfruta de novelas gráficas con contenido o quien sabe apreciar el toque underground de una historia auténtica escrita posiblemente a partir de pedazos de vidas reales. Sobre su apreciable conexión con una edad que le empieza a quedar lejana, el autor reflexiona con honestidad: «mirando hacia atrás, siento que “llegar a la mayoría de edad” es simplemente acostumbrarse a vivir con la ambigüedad, aceptar la idea de “adulto” como algo completamente separado de la juventud. Como alguien que siente lo primero, reconozco que todavía siento las emociones tensas que sentí cuando era niño o adolescente. Creo que reconocer que solo hay una brecha en la experiencia y las expectativas entre adolescentes y adultos, en oposición a la inteligencia, hace que sea mucho más fácil escribir personajes creíbles. No soporto la ficción que romantiza, da paso a la extravagancia y es condescendiente con los niños y adolescentes. Tengo fuertes recuerdos de cómo se sentía ser adolescente. Para mí, una de las mayores decepciones de crecer es darme cuenta de que los adultos pueden ser tan tontos, mezquinos y vengativos como los niños en el patio de la escuela. Lo bueno de esa creencia es que, a la inversa, todas esas tonterías nostálgicas y optimistas que a veces tenemos sobre los niños también son ciertas cuando somos adultos».
Adam de Souza es el mejor ejemplo de que, en un mundo tan cambiante como el nuestro y, especialmente, a nivel editorial, tenemos la suerte de vivir un momento en el que, a la maquinaria habitual de editar y publicar pensando en las ventas, le rodea un infinito mundo de posibilidades de la mano de nuevos talentos y voces llegados de todos los rincones del planeta. La autoedición, el lado positivo de las redes y la perseverancia de quienes necesitan contar historias y compartirlas tiene en historias como El abismo su reflejo real convertido hoy en la novela gráfica que te recomiendo sin duda y que tienes la suerte de poder conseguir con tan sólo practicar el sano hábito de visitar tu tienda decómics favorita o tu librería de cabecera para que todos esos puntos de conexión con la creación de autoras y autores sigan en pie, dándonos buenos relatos como éste. «Solo espero que esta industria siga creciendo -añade Adam de Souza– y que de soporte a obras de arte creadas por el hombre, interesantes, únicas, diversas y desafiantes. En muchos sentidos, es muy fácil ser cínico sobre el estado actual de las artes, pero estoy agradecido de haber hecho un libro y de que haya interés en que haga otro. Nunca se han publicado cómics más originales y solo espero que esta tendencia continúe».
SOBRE EL AUTOR
ADAM DE SOUZA
Mi nombre es Adam de Souza y vivo en los territorios no cedidos de las naciones Musqueam, Squamish y Tsleil-Waututh, también conocida como Vancouver, Columbia Británica. Escribo y dibujo cómics, ilustro libros infantiles y he trabajado como diseñador independiente en animación. Mi primera novela gráfica, El abismo (The Gulf), se publicó a través de Tundra Books en marzo de 2024. Actualmente estoy trabajando en dos proyectos no anunciados, así como en mi tira cómica en curso y premiada Blind Alley (premio Cartoonist Studio Prize para web cómics). También puedes leer el primer capítulo de mi tira cómica Brambles en línea.