Para mí hay nombres unidos al mundo del cómic de tal manera que sería impensable encontrar definiciones del género que, en realidad, no hayan dibujado las vidas y arte de determinados dibujantes. Por supuesto todos tenemos nuestras debilidades y el gusto de cada persona es un mundo, pero hay obras que da igual los años que pasen y las reediciones que lleguemos a ver y leer, sus creadores siempre serán eternos. Respetando los nombres que a ti te pasen por la cabeza, que seguro son cientos, si eres aficionado o aficionada al cómic, pocos lectores de tebeos negarán la importancia, influencia y legado de Richard Corben al mundo del cómic. Incluso un festival tan netamente europeo como Angoulême le concedió en 2018 su Gran Premio del Festival Internacional del Cómic, un galardón que sólo dos norteamericanos habían logrado antes: Art Spiegelman en 2011 y Bill Watterson en 2014. Corben falleció apenas dos años después, con la humildad que, pese a su genialidad, parece no le abandonó nunca a lo largo de su muy extensa carrera. Ahora, casi a mediados de abril de 2024, su legión de seguidores, incluso los que tienen sus cómics desde las primeras ediciones que llegaron a España, cuentan los días para que ECC reedite su obra cumbre y una de las más recordadas: Den. Celebrando de antemano semejante acontecimiento, es un privilegio y siempre un honor recomendaros otra pequeña obra maestra en su bibliografía, recuperada también por ECC Ediciones: La casa en el confín de la tierra.
Con su capacidad para dibujarlo prácticamente todo y siempre con sus brillantes técnicas desarrolladas la mayoría cuando no existía nada parecido al retoque digital, el abigarrado dibujo de Corben siempre fue ideal para contar buenas historias de terror. No en vano sus orígenes como dibujante se remontan a sus publicaciones en la revista Creepy. De aquella época, junto a relatos propios siempre fantásticos, con toques de terror unas veces y de fantasía desbocada en otras ocasiones, lo cierto es que son muchas también sus adaptaciones de relatos de otros creadores. Uno de ellos en particular le logró relatos donde sus dibujos en blanco y negro parecían haber sido creados para dar de nuevo vida a cuentos ya universales: hablo de sus revisiones de los cuentos de Edgar Allan Poe, un nombre que, como el de William Hope Hodgson, retroalimenta universos que no siempre gozaron de buena salud o popularidad. De hecho tanto Poe como H.P. Lovecraft son ahora todo lo reconocidos, venerados y adorados autores que nunca fueron en su tiempo. El caso de Hodgson es incluso peor y hay que estarle muy agradecidos doblemente a autores como Corben, Revelstroke y a los editores que rescataron en su día historias como este La casa en el confín de la Tierra.
Editado en tapa dura y haciendo gala en su cuidada edición del tesoro gráfico que contiene en su interior, La casa en el confín de la Tierra incluye un prólogo firmado por otro personaje que lleva el cómic como apellido: Alan Moore. Aunque en este caso, y ya lo avisa él mismo, más que presentar a quien no necesita introducción como es el caso de Corben, incide en la figura de William Hope Hodgson y este libro, al que considera “una fabulosa novela fantástica de principios del siglo XX (…). Un tesoro enterrado de la literatura que enriquece sin paliativos el panorama cultural actual y moribundo”. Hodgson nació en 1877 y su infancia y parte de su vida constituyen otro relato, posiblemente de terror en muchos de sus años. Criado en el campo en una granja de Essex, hacinado junto a otros once hermanos, su única forma de huir de aquel paupérrimo destino fue lanzarse al mar como marino siendo casi un crío. Cuando salió de la dura vida en el mar que, por otro lado le permitió conocer mundo de verdad, sobrevivió como escritor y fotógrafo. La casa en el confín de la Tierra fue su segunda novel y se publicó originalmente en 1908 algo que, cuando lees la obra o esta adaptación en viñetas, resulta casi inconcebible.
Acompañado de los extraordinarios dibujos de Corben con un soltura y un color expresionista y apabullante, La casa en el confín de la Tierra es un críptico relato donde dos temerarios jóvenes enfrentados en 1952 a los habitantes de una aldea perdida de Irlanda encuentran y despiertan el olvidado diario-testamento de Byron Gault, escrito en 1816 y que recupera todo lo ocurrido en las ahora ruinas de la que fuera la casa que habitaron él y su hermana tantos años antes. El recuerdo ilustrado de ese relato es un complicado viaje onírico a una casa que encierra a los hermanos en sus secretos, hasta que éstos deciden salir a la luz desde sus más sombrías profundidades en forma de gigantescas y repulsivas criaturas monstruosas con rasgos porcinos. El despliegue visual, la locura creciente de todos los personajes y la intrincada explicación que convierte a aquella casa en portal, prisión y nexo entre mundos donde los días los escriben la oscuridad y la desesperación, nos llevan a un caótico viaje en el tiempo y dimensiones que, incluso leídos Poe o los horrores cósmicos de Lovecraft, impresionan de verdad.
Corben tuvo que emplearse a fondo en las más de noventa páginas que construyen este complicado mundo implacable que merece la pena ser digerido con calma, alucinando verdaderamente con las visiones de este creador que, a principios del siglo XX, tan bien supo recrear su relato de tintes apocalípticos. Alan Moore no puede estar más en lo cierto al afirmar que “este hombre fascinante y su obra sobrenatural no deberían quedar enterrados ni sin representación en las estanterías de las librerías. (…) Leed este cómic y, después, buscad el original”. Honestamente el esfuerzo bien merece la pena. La casa en el confín de la Tierra es literatura de terror de primera clase, convertida aquí en una complicada y completa novela gráfica capaz de sorprender, asustar y hacerte pensar siguiendo una historia que no se parece a nada que hayas leído o visto antes. Toda una sorpresa y un descubrimiento que te induce a querer descubrir y saborear la original obra original de William Hope Hodgson.
SOBRE LOS AUTORES
WILLIAM HOPE HODGSON
William Hope Hodgson nació en 1877, en el condado de Essex, Gran Bretaña. Hijo de un clérigo, a los trece años se enroló en la marina mercante, por lo que tuvo la oportunidad de viajar por todo el mundo. Tras ocho años regresó a Inglaterra, donde trabajó como fotógrafo y profesor de gimnasia en una escuela de Blackburn. También se inició en la escritura publicando en 1905 su primer cuento Un horror tropical. Dos años más tarde vio publicada su primera novela Los botes del “Glen Carrig”, donde relata la experiencia de unos náufragos en el Mar de los Sargazos. Pero su primera obra importante fue La casa en el confín de la Tierra (1908), a la que siguieron Los piratas fantasmas (1909) y El Reino de la Noche (1912), su novela más extensa. Considerado uno de los precursores de la literatura moderna de terror y de ciencia ficción, Hodgson inspiró a grandes autores del género como H. P. Lovecraft. En la Primera Guerra Mundial se alistó en el ejército británico y combatió en Francia hasta el día de su muerte a los cuarenta años, el 17 de abril de 1918, a causa de las heridas producidas por una granada alemana.
RICHARD CORBEN
Richard Corben nació en Missouri y creció en Girasol, Kansas, una comunidad que trabajó para Girasol Ordnance Works, una planta del ejército que fabricó bombas en la Segunda Guerra Mundial. Corben dibujó cómics toda su vida. Uno de los primeros esfuerzos fue una serie de cómics sobre las aventuras de Trail, el perro de la familia. Posteriormente creó imitaciones de Tarzán y Brothers of the Spear. También mostró un gran interés por la animación al convertir muchos blocs de papel en flipbooks animados. Mientras asistía al Instituto de Arte de Kansas City, se concentró en el dibujo y la pintura básicos, desarrollando habilidades que serían vitales para crear el estilo realista que eligió. En ese momento, su universidad no ofrecía cursos de animación, pero utilizando la cámara de cine de 8 mm de su padre, Corben produjo una película animada de cinco minutos destacando los trabajos de Heracles como su proyecto principal.
Después de trabajar en la construcción para su padre durante un tiempo, encontró un trabajo local como artista/animador/camarógrafo en una compañía cinematográfica industrial de Kansas City. Después de casi diez años en la compañía cinematográfica, Corben se sintió frustrado por no haberle dado una oportunidad a su carrera artística. Comenzó a dibujar los llamados cómics y fanzines “clandestinos” por las noches después de trabajar a tiempo completo durante el día. Aproximadamente al mismo tiempo, Warren Publishing Company comenzó una serie de cómics de terror en blanco y negro, Creepy, Eerie y Vampirella. Esta era una combinación perfecta para los intereses de Corben, y dibujó varias historias para Creepy que fueron rechazadas. Pero el “aspirante” a dibujante de cómics persistió e incluso conoció a James Warren en una convención de ciencia ficción. Finalmente, Warren y su editor, Bill Dubay, cedieron y comenzaron a enviarle guiones a Corben para que los dibujara. Por fin, se estableció un punto de apoyo en su carrera como autor de cómics. El auge del cómic underground se extendió a Europa y comenzaron a aparecer solicitudes para reimprimir obras de Corben. Su personaje de fantasía, Den, fue creado para el cómic underground estadounidense Grim Wit. El personaje tuvo tanto éxito que empezó a aparecer en la revista Metal Hurlant francesa y luego en la Heavy Metal estadounidense. Durante esta época, Richard y su mujer Dona fundaron Fantagor Press, una editorial para trabajar los cómics de Richard. Desafortunadamente, el negocio no fue suficiente para sustentar el proyecto. Luego, Corben comenzó a dibujar para todas las grandes editoriales estadounidenses: DC, Marvel, Dark Horse y otras. Corben creía que mantener las habilidades de dibujo requería práctica constante. Asistió regularmente a clases de dibujo natural a lo largo de su carrera. Encontró la actividad como un desafío continuo y una fuente de placer. Su amor e interés por la animación continuaron a lo largo de su vida y lo motivaron a crear películas animadas digitalmente que compartió en su sitio web y página de Facebook. Richard estuvo casado durante 56 años con Dona y es el padre de la acuarelista y colorista de cómics, Beth. Su vida y su amor estuvieron dedicados a su familia y su arte. Fue una persona humilde y extremadamente amable y buen hombre.
SIMON REVELSTROKE
Simon Revelstroke escribió The Black Profound, la espeluznante Moist Imaginings y la retorcida serie Amber Headache. Con Richard Corben, colaboró en The Bodyssey, Den: Dreams & Elements, así como cuentos para las antologías Hearthrobs, Weird War Tales y Gangland. Compañero de Carnacki, Revelstroke, enseñó en la Escuela de Horticultura Náutica Glen Carrig en las Tierras Altas de Escocia.
