En un mundo musical en el que prácticamente todo es inmediatez y fórmulas preestablecidas es reconfortante comprobar que aún queda sitio para que florezca otro tipo de propuestas que, no sin empeño y tesón, se abren paso entre tanto ruido.
En Ruta Al Rock hemos seguido muy de cerca la trayectoria y avances de una de esas bandas que se empeña en cumplir sus sueños a base de trabajo y buenas canciones. Tangerine Flavour acaba de cumplir el sueño de muchos. Aún tienen polvo en las botas de su primera aventura americana, por los santos lugares de la música que amamos. Una primera gira por los estados de Texas, Arkansas, Tennessee, Mississippi y Alabama que les ha dejado (y a nosotros también) un sabor de boca inmejorable. Hemos tenido la fortuna de compartir experiencias y anécdotas con ellos y van recogidas en las siguientes líneas junto a valiosos materiales gráficos que la banda a tenido a bien cedernos para este reportaje.
Partieron los Tangerine hasta Chicago, no son dificultades y problemas de última hora. Desde la ciudad del viento hasta la primera parada del tour: Austin, Texas. Allí comprobaron lo que ya pudimos saborear en el espectacular Pueblos Blancos Music Festival del pasado año: que Austin es, hoy en día, el mejor lugar del mundo para la música americana y de raíces. Lo pudieron comprobar en sus carnes hasta en tres ocasiones, en tres escenarios distintos. “Íbamos acojonados, estábamos por primera vez allí, cantando en inglés su música, pero todo fue como la seda”. Apadrinados por grandes nombres de la escena local como Donovan Keith, Charlie García, Deann Rene o Kev Mev, conquistaron al público texano con sus temas y su sonido compacto.
Con su Silverado de color rojo se lanzaron después a la carretera hasta el estado de Tennessee, no sin antes pasar una noche loca, de las que a ellos les gusta, en Little Rock, capital de Arkansas. “Llegamos un lunes ya un poco tarde, dejamos las cosas en el típico motel de las películas y decidimos perdernos por la ciudad”. Terminaron siendo el centro de atención de toda la noche de la ciudad. “La verdad es que, sin pretenderlo, se montó una buena fiesta”. Y así llegaron a Memphis, cruzando el río Mississippi, protagonista de tantas y tantas canciones. “También pasamos por Red River, que da nombre a una de nuestras canciones. Fue muy especial. Pero no hay nada, absolutamente nada, como el primer vistazo del río Mississippi…”.
Allí, en Memphis, ciudad del blues, pudieron personarse en todos esos lugares legendarios que todos amamos con visitar: Sun Studio, Stax, Graceland… “Aquí se toca mejor, todo te envuelve y te hace sacar la música de una manera especial”. Y lo aprovecharon en una grabación junto al productor Mike Babbs en Babbylon Studio, unas canciones sensacionales que ya hemos tenido el placer de escuchar en primicia y que saldrán al mercado “cuando sea el momento”. Desde luego se nota donde estaban y lo que estaban viviendo en cada nota, lo podemos garantizar.
Conciertos en Nashville (en uno de esos garitos en los que Townes Van Zandt se emborrachaba entre canciones), en Opelika (un pueblo perdido de Alabama) y en el propio Memphis (¡Elvis was here! gritaban sus letreros) sirvieron para reforzar ese sentimiento de que en España se puede hacer una música norteamericana sin complejos y que funcione en cualquier parte del mundo. “Este viaje ha sido una confirmación de estamos siguiendo el camino correcto, el camino del corazón, de hacer lo que nos gusta y queremos. No hay mejor sensación que esta”.
Ha sido un viaje más allá de lo corpóreo. Acabo llenando el alma y es espíritu. “Justo antes de partir vivimos uno de los mejores días de nuestras vidas”. Madrugaron para visitar la tumba en Memphis del mismísimo Elvis Presley y mostrarle sus respetos, desde allí partieron al Hernando De Soto Park en el estado vecino de Mississippi para bautizarse (literalmente) en el Mississippi mientras unos pescadores de catfish mexicanos los miraban con incredulidad. Detuvieron el tiempo en un cruce de caminos, quién sabe si el mismo en el que Robert Johnson vendió su alma al diablo, y terminaron asistiendo al servicio dominical del reverendo Al Green, leyenda viva del soul. “Tío, cuesta expresar lo que todo eso te hace sentir”.
Se puede ver en sus ojos lo que todo ello ha supuesto para ellos. Han comenzado a conquistar las Américas y han cumplido otro sueño. Y justo antes de sacar su tercer álbum todo nos hace pensar que, como ya venimos previendo, Tangerine Flavour va a convertirse, por derecho propio, en una de las bandas más importantes del Americana Music y del Rock& Roll en nuestro país y más allá del horizonte. Aquí, muy cerquita de ellos, estaremos para contarlo.