René Goscinny antes de Astérix: «Iznogud. 33 historietas de Goscinny y Tabary. 1962-1969», con dibujos de Jean Tabary. Edita Bruño/Salvat

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Los más veteranos en esto de leer y disfrutar de los tebeos coincidirán en que el maquiavélico personaje de Iznogud, cual Coyote que nunca se salía con la suya con el Correcaminos, forma parte de nuestra memoria colectiva infantil sin dudarlo. Personaje fundamental en la historia del cómic europeo, siempre lo fue también entre las páginas de las muchísimas publicaciones periódicas que inundaban los añorados quioscos españoles desde la década de los 70 del siglo pasado. Como bien recuerda el título de este tomo Iznogud. 33 historietas de Goscinny y Tabary. 1962-1969 ahora editado por Grupo Editorial Bruño/Salvat, las primeras tiras cómicas de Iznogud aparecen nada menos que en 1962. Publicadas inicialmente en las revistas Record, Pilote y, a partir de su creciente éxito, directamente en álbum, Iznogud llegó a España gracias al primer número de la revista Gran Pulgarcito, en diciembre de 1969. Esta publicación, que imitaba directamente el formato y estilo de la francesa Pilote, obsequió al lector en cada número con aventuras de ocho o más páginas del infame Iznogud. Otras publicaciones de Bruguera como Mortadelo o Super Pulgarcito, de los que guardo recuerdos bastante nítidos, incluyeron también historias cortas de Iznogud que ayudaron al personaje a ser uno más en el universo de conocidos europeos con los que crecimos e incluso aprendimos a leer muchos de nosotros. Mucho después empezó a editarse en los mismos tomos al más puro estilo de álbum europeo e incluso varias editoriales han tratado de publicar aquí los integrales existentes en el mercado franco-belga, repletos de extras, aunque ninguno ha logrado terminar la colección. La nota optimista es poder disfrutar ahora de este Iznogud. 33 historietas de Goscinny y Tabary. 1962-1969 por parte de Grupo Editorial Bruño/Salvat con la sincera esperanza de que la seriedad y constancia de Bruño, demostrada con gigantes como Astérix, haga al fin justicia a este referente indiscutible del humor.

Como puede deducir cualquier seguidor del siempre ocurrente guionista René Goscinny, Iznogud nació mucho antes que el popular Astérix, aunque si conoces al personaje o sus aventuras, sabrás que Goscinny ya incluyó aquí infinidad de escenas que le colocaban del lado del gusto por el absurdo, la crítica siempre ácida al poder y los juegos de palabras. En este Iznogud. 33 historietas de Goscinny y Tabary. 1962-1969 se reunen 33 historietas de Iznogud escritas por René Goscinny y dibujadas por Jean Tabary. En palabras del propio Goscinny como presentación de Iznogud: «dos personajes son los protagonistas de esta serie. El primero, Harún al-Panzón, califa de Bagdad, que es muy bueno, muy gordo, poco inteligente y apenas hace nada (aunque lo poco que hace lo hace bien). El segundo, el gran visir Iznogud, que es pequeño, delgado y horriblemente malo y solo tiene un sueño: convertirse en califa en lugar de califa».

El título inicialmente planeado para la serie fue Las aventuras del califa Harún El Pussah, con lo que parece claro quién era, en un principio, el personaje principal de la serie. Sólo que, innovando incluso en la elección del verdadero protagonista, Goscinny entendió con gran rápidez la grandeza del innoble felón al que había creado. Así que cambió el título a Las aventuras del Gran Visir Iznogud, donde el malo pasaba a ser el «héroe» absoluto de un tebeo definitivamente humorístico. Y pese a que la elección del villano como centro de atención no acababa de convencer en la Europa de entonces, el éxito de público de Iznogud, con su barba afilada, su nariz más ganchuda y amenazante a cada aventura y sus ocultos y mezquinos deseos de poder para empalar a sus enemigos, representó al final un título que renovó en gran medida el cómic de humor casi a escala mundial. Lógicamente también tuvo mucho que ver el exótico escenario elegido por Goscinny y magistralmente dibujado por Tabary: el ambiente oriental y misterioso de la legendaria Bagdad, en continuo recuerdo a la eterna ciudad donde nacieron las fábulas de Las Mil y Una Noches, con sus brujos, encantadores, ilusionistas, alfombras voladoras, lámparas mágicas, hipnotizadores, genios y tantísimos elementos capaces de hacernos reír y olvidarnos de lo que no rodea mientras nos perdemos en la lectura de estas páginas.

Esta edición de Iznogud. 33 historietas de Goscinny y Tabary. 1962-1969 se presenta en un generoso formato de álbum europeo ligeramente más grande al habitual, con una cuidada utilización de las planchas empleadas en le reedición en un papel de calidad y acorde al objetivo de recuperar a Iznogud como se merece, con tapa dura y una más que interesante introducción a modo de extras donde se recoge una entrevista al también ilustrador Plantu, dibujante francés especializado en sátira política cuyo reconocido trabajo ha aparecido regularmente en el periódico francés Le Monde desde 1972. Desde entonces demostró en sus aportaciones caricaturescas su afición por el mundo de los personajes de los comics franco-belgas, añadiéndoles a sus viñetas adaptados a la realidad sociopolítica. Apasionado en particular de Iznogud, no pudo resistirse a convertir al ex-dirigente francés Nicolas Sarkozy en una suerte de Iznogud durante tanto tiempo que el personaje dibujado se hizo casi tan popular como el real. «Nada contento» con el retrato realizado por Plantu, éste cuenta cómo llegó a llamar al director de Le Monde al Elíseo francés para hablarle, no ya de la caricatura que de él hacía Plantu, sino de las moscas que dibujaba alrededor de él. «Que Plantu deje de dibujar moscas», llegó a pedirle al director de Le Monde. «Lo más gracioso es que el director del periódico me dijo -continua Plantu-: ‘Oye, el asunto está caliente, no sé qué pasa, pero hagamos un trato: haz tres moscas, ni una más’. Y al día siguiente puse quince. El director del periódico me dijo: ‘¡Eres un gilipollas, te había dicho tres!’ Cuando se enfada por mis moscas, ¡Sarko es como Iznogud! ¿Qué le voy a hacer?». El humor francés: único pero universal, irreverente y siempre imbatible.

SOBRE LOS AUTORES

RENÉ COSCINNY

Nacido el 14 de agosto de 1926 en París, René Goscinny pasó su infancia en Argentina, entre Buenos Aires y la Pampa. Después de un comienzo prometedor como asistente contable en una antigua fábrica de recuperación de neumáticos, se unió a una agencia de publicidad como aprendiz de diseñador. A los 19 años partió para conquistar América y, más precisamente, los estudios de Walt Disney. Nunca conoció a Walt Disney en persona, pero se cruzó con el grupo del futuro Mad (Harvey Kurtzman, Jack Davis, Will Elder) y se sintió mucho menos solo: el humor anglosajón coincidía perfectamente con su propia manera de ver las cosas. Conoció a Morris en Nueva York, a Charlier en Bruselas y a Uderzo en París, en World Press, una pequeña agencia belga con oficina en París creada en el 51. Goscinny comprendió bien pronto que su talento florecía mejor en el guión que en el dibujo y comenzó a trabajar en numerosas historietas (entre ellas Umpa-Pá, Spaghetti y Luc Junior). En 1955, retomó el guión de Lucky Luke y, en 1956, creó Le Petit Nicolas con Sempé. También en el 56 se produjo un choque irreversible con la prensa mundial: Goscinny, Charlier y Uderzo, queriendo promover esta profesión que no lo era, redactaron una Carta muy sulfurosa sobre los caricaturistas, que les valió aparecer en la lista negra de todos los editores. Pero entonces se cruzaron con un tal Jean Hébrard, que acaba de heredar un gran café en la Place de la Bourse y que les proporciona los fondos necesarios para crear Edifranche, una pequeña empresa de prensa. Fue bajo la doble autoría de Edifrance y Radio-Luxembourg que Pilote nació el 29 de octubre de 1959. Goscinny compartió la dirección editorial con Charlier y firmó con Uderzo el primer episodio de Las aventuras de Astérix. En 1962 creó Iznogoud con Tabary. En 1965 invitó a Gotlib a colaborar con Dingodossiers. Después de mayo de 1968, instaló las inolvidables páginas de noticias en Pilote y presentó en Europa 1 The Sunday Morning Camp Fire, con Gébé, Fred y Gotlib. Mientras tanto, sin la menor promoción, sólo el boca a boca, el pequeño galo experimentó un ascenso irresistible: en 1965, el primer satélite francés fue bautizado Astérix y, unos años más tarde, los álbumes fueron traducidos a 28 países, sin contar el esperanto y el latín que no son países, sino idiomas… Mientras el boom de Astérix sacude el cómic, llevándolo del estatus de enfermedad infantil al de arte respetable, Goscinny, que no tiene igual en el reconocimiento y el cultivo de talentos, hace de Pilote un laboratorio creativo donde florece el nuevo cómic, con Gotlib, Reiser, Cabu, Bretécher, Mandryka, Druillet, Tardi, Giraud, Mézières, F’Murr, Fred, Bilal, etc. En 1972, tras la marcha del trío Gotlib-Bretécher-Mandryka hacia L’Echo des Savanes, ofreció el puesto de redactor jefe del periódico a Guy Vidal. En 1974, creó con Uderzo y Georges Dargaud los estudios Idefix, que dieron origen a Las Doce Pruebas de Astérix en 1976, mientras se editaba el 23º álbum de Astérix, con una tirada de 1.300.000 ejemplares. Goscinny tenía numerosos proyectos: editorial, televisión (a pesar de su «ambiente de oficina de correos en quiebra») y, sobre todo, cine. Guionista de la irresistible Viager, producida en 1971 por Pierre Tchernia, se entusiasmaba con esta otra manera de hacer reír, ya que era su vocación. Pero la historia termina el 5 de noviembre del 77, mientras el equipo de los estudios Idefix trabaja en La balada de los Dalton, perpetuando su sueño más antiguo: al fin y al cabo, había ido a América a conquistar los estudios de Walt Disney

JEAN TABARY

Jean Tabary (1930-2011) inició su carrera como historietista con la serie Richard et Charlie. Su obra más famosa es Iznogud, aunque en su producción destacan también Totoche, Corinne et Jeannot, Luc et Laura, La famille Hautympan y Valentin le Vagabond.

Antes de hacer cómics, fue empleado, actor de la Comédie Française, vendedor de periódicos y mil cosas más. Fue en 1956 cuando comenzó en el semanario Vaillant con las aventuras de Richard y Charlie, del que produjo 10 episodios. En 1958 nació Totoche, sus aventuras aparecieron durante 14 años, siempre para la misma revista que se convirtió en Pif Gadget. Esta serie presenta a un grupo de niños ingeniosos, incluido Jeannot, un niño tímido que es molestado de continuo por Corinne. En 1958, Tabary también emprendió las desventuras de Grabadu y Gabalioutchou en Vailllant. En 1961, colabora en la publicación Pilote (Ediciones Dargaud) con Valentin le Vagabond, al principio, sobre escenarios de Goscinny. La serie aparecerá regularmente hasta 1967. Dos años más tarde, uniendo fuerzas con René Goscinny, creó Las aventuras del califa Haroun El Poussah. Aunque rápidamente es el gran visi, Iznogoud, el que acaparó toda la atención. A partir de 1968, esta serie continuó en Pilote, y en Circus. Paralelamente, siempre para Pilote, pero esta vez como guionista, participó, a partir de 1967, en la serie Buck Gallo, ilustrada por Mic Delinx. Cuando Goscinny murió en 1977, continuó solo con Iznogoud. Primero creó una primera editorial, BD’Star con Francis Slomka y Michel Lafon, que publicó Quiero ser califa en lugar del califa (último álbum escrito por René Goscinny). La editorial se llamaría luego Éditions de la Séginière con Francis Slomka en 1978, para rebautizarse finalmente como Éditions Tabary. En 2004 se estrenó una película adaptada de las historias de Iznogoud con Michaël Youn en el papel principal.

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