Entrevista extraída de la revista LH Magazin

Son muchos años los que sigo detrás de la carrera de Isabel Marco. Esta gran artista que empezó sus primeros pasos en solitario, formó también durante 18 años parte del grupo Insolenzia, uno de esos grupos que quieres muchísimo y tristemente desaparecen. Después vendrían dos grandes discos en solitario “Quiero ser agua” (2018), “Nada será igual” (2019) un disco que compaginó su embarazo con la composición y ahora es el turno de su nuevo disco “Sin domesticar” un disco de esos que te acompañan a lo largo de los años.

Tu anterior disco “Nada será igual” lo escribiste mientras estabas embarazada, ahora llega “Sin domesticar” la composición de este disco ha sido con tu peque Daniel en brazos. ¿Surgen otras historias, otros problemas a los que cantar cuando te conviertes en mamá?

Para una persona que escriba sobre maternidad y crianza supongo que sí, pero no es mi caso. Quizá la maternidad cambia alguna perspectiva sobre la vida y eso repercuta en la manera de escribir o componer, pero sigo teniendo la misma visión puesta en la sociedad y situaciones cercanas o cotidianas a la hora de escribir mis canciones; me gusta que Dani esté presente de alguna manera en ese espacio de cotidianidad del que me gusta escribir. Dani me acompaña, me inspira y me da energía para seguir.

“Mientras los abuelos cuidan de Daniel, tu buscas versos perdidos con tu guitarra” Se habla mucho de la conciliación familiar en el trabajo ¿Cómo se lleva esto de tener un hijo y conciliar con la familia dedicándose a la música?

Como en todas las familias es difícil y cuesta mucho esfuerzo ir a trabajar y dejar de estar con tus hijos. Yo tengo la suerte de tener muy cerca a los abuelos que cada día me ayudan a poder seguir trabajando, que cuidan de Dani cuando voy a ensayar o tengo conciertos. Muchas veces que tengo concierto lejos de casa, para poder regresar a casa para estar con Dani por la noche, viajamos toda la familia, incluidos perro y gato. Tenemos espíritu ambulante.

Según me comentaste la última vez que nos vimos marchabas a Asturias a grabar, imagino que sería este disco. Sí es así, has repetido estudio de grabación Ovni Estudio. ¿Por qué volver a Asturias?

Asturias es una tierra que inspira y tengo allí la posibilidad de pasar temporadas largas en una pequeña aldea rodeada de naturaleza, alejada de las calles con tráfico constante… Es un lugar que me facilita la composición de canciones y, además, en Ovni trabajo muy a gusto. Pablo Martínez me conoce muy bien, desde el principio supo ver lo que quería de mis canciones, nos entendimos y es un placer trabajar con él. ¿Por qué no volver? Como productor y técnico no tengo más que buenas palabras para él, y como persona todavía mejores; me aporta lo que necesito, sobre todo a nivel de ambiente de trabajo, algo que valoro muchísimo.

Siempre se dice que el último disco es el mejor, pero en esta ocasión, es que es cierto, para mi lo es. Una vez terminado el disco ¿Qué sensaciones tienes de “Sin domesticar”?

Estoy muy orgullosa de todas las canciones de “Sin Domesticar” tengo muy buenas vibraciones de todo este trabajo. Ahora tengo muchas ganas de presentarlas, de que la gente las escuche y las pueda vivir a través de los directos. Desde que lo acabé tengo una sensación de cierta ansiedad y nerviosismo por mostrar mi último trabajo, yo estoy muy satisfecha, por eso espero tener un buen feedback.

Tengo la sensación que con “Sin domesticar” has encontrado un lugar donde te encuentras muy cómoda componiendo, muy cercano a eso que llaman la american music. ¿Escuchas artistas a la hora de preparar un nuevo disco o intentas alejarte de ella para encontrar tu estilo?

Escucho música todos los días, es un vicio confesable al que no quiero renunciar. Es difícil componer pensando en esa idea de pureza de estilo, pues desde el minuto uno en el que nacemos y nos cantan la primera nana ya estamos influenciadas por algo; así que no quiero castigarme sin escuchar música cuando voy a componer; pero no escucho para componer, escucho música por placer.

¿Cuándo te gusta hacer “trampas al reloj”?

A cualquier hora. Vivo bastante ajena a los relojes y calendarios. Por desgracia en esta vida es necesario llevar una agenda, si no no llegaría a ningún concierto. Pero he de confesar que soy bastante desastre con la medida del tiempo, así que prefiero pensar que le estoy haciendo trampas.

“Electricidad” ha sido el primer single que se ha extraído de este nuevo disco. Quizás la canción con más distorsión del disco. ¿Por qué elegir esta canción como adelanto del disco?

Porque es una canción enérgica, con fuerza, que habla de sexo, algo que le gusta a todo el mundo. Electricidad me parece un tema con mucha presencia y que transmite perfectamente esa primera idea que nos viene a la cabeza cuando pensamos en la vida sin domesticar, habla de un momento de nuestras vidas en el que todas las personas nos mostramos salvajes, ¿no te parece?

Una de mis favoritas y que me ha hecho caer alguna lágrima es “Huida hacia ninguna parte”. ¿Cómo surge hacer esta canción?

Surge casi por accidente. Vi un documental sobre vidas de personas que han tenido que migrar de su país, que buscan algo mejor en lugares lejanos para sacar adelante sus vidas o las de su familia. “Huida hacia ninguna parte” habla de la vida de una mujer que emprende este camino y a lo largo del viaje sufre todo tipo de vejaciones de quien se supone que ha de cuidarla para llegar a su destino, un destino en el que nadie la espera, en el que además no va a encontrar cariño. Me parece muy triste que existan estas historias, que otras no puedan existir porque se quedan en el camino y que, sucediendo tan cerca, les demos la espalda. Que las políticas no amparen a estas personas, que se les deje morir y se les expulse. Me parece atroz.

El disco se cierra con la canción “Ya tengo ganas”. Si antes de la pandemia la cultura en este país nunca había sido cuidada, vino una pandemia y nos dejó huérfanos.

Creo que todas somos víctimas de esta situación, todas tenemos muchas ganas de que el rock nos envuelva, tanto las personas que nos subimos a los escenarios, como las que nos gusta disfrutar de la música o la cultura en general. “Ya tengo ganas” es una canción que habla de anhelos, ansiamos disfrutar de la cultura, de la música en directo como lo hacíamos antes.

Hemos vivido momentos difíciles. ¿Qué es lo que más has echado en falta desde que empezó la pandemia?

He pasado mucho tiempo echando en falta los abrazos y los besos de mis padres, creo que eso ha sido lo que más eché de menos. En segundo lugar, ver las caras de la gente en los conciertos, todavía se me hace muy raro ver a la gente sentada y con mascarilla, no te deja ver sus reacciones, expresiones, si están cantando… se pierde mucho feedback con el público.

Antes de terminar esta entrevista, necesito transmitirte de parte de nuestros oyentes y de mí, que una de las mejores canciones que hemos escuchado hasta el momento este año la publicabas este verano “Recuerdos de oro y cristal”. ¿Saldrá dentro del disco?

Muchas gracias. “Recuerdos de oro y cristal” no forma parte de las canciones de “Sin domesticar”. Es un encargo que me hizo Gobierno de Aragón para felicitar a las personas que se dedican a la docencia. Yo quise enfocarla como una canción de agradecimiento a esa persona que todas nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida de estudiantes que, de alguna manera, nos ha abierto los ojos hacia algún territorio o ámbito de la vida que nos ha terminado fascinando.

“Las palabras, las ideas pueden cambiar este mundo de locos” este fue el mensaje que escribió en la pizarra el maestro. ¿Todavía crees en esa frase?

Sí, soy una persona optimista; aunque cada vez faltan más referentes que transmitan un mensaje con palabras e ideas de respeto, o quizá se da más bombo a las que hablan de odio, de segregación, de machismo y homofobia. Creo que hoy es muy importante que en las aulas se escriban mensajes que condenen estas lacras. Puede que se dé por sentado que no hay que explicar los derechos humanos, pero el populismo de partidos fascistas está haciendo mucho daño en jóvenes que quieren identificarse con una ideología y, hay que intentar que, aunque griten, no se les oiga tanto, que no se les haga tanto caso, desmontar sus argumentos; creo que las aulas es un lugar perfecto para ello.

Este disco en parte se financió a través de un crowdfunding. Cuando uno consigue el objetivo que es lo que siente.

Una gran sensación de agradecimiento hacia toda la gente que se ha animado a participar. Y también de alivio, porque la verdad es que se hace porque se necesita para poder dar ese empujón al lanzamiento de un disco.

¿Tu anterior trabajo salió en formato de vinilo, este también lo hará?

Sí, también va a estar en ese formato. Es un formato que gusta bastante y el sonido es muy característico. Además de lo evidente de ver la publicación en tamaño grande.

Sigue a Isabel Marco en:

Documento sin título