Leer cómics es una de las mejores formas de evadirse del mundo imaginables. Del mismo modo que lo es un buen libro. Pero con mayor inmediatez y llamando la atención por su obvio contenido gráfico, el cómic y su versión madura, bien llamada novela gráfica, es capaz de resultar tan actual y contundente como el mejor periódico o medio de comunicación de masas. El cómic se defiende perfectamente solo cuando se hace evidente su fuerza y alcance como forma de denuncia, pero también como testimonio de la historia que escribimos y sufrimos con letras mayúsculas. Entre los logros de Reservoir Books en 2025, esta editorial que publica el libro que te recomendamos hoy, ha celebrado que Alimentar a los fantasmas de Tessa Hulls, ganase con este libro nada menos que el todavía prestigioso Premio Pulitzer 2025 de Autobiografía. Este logro confirmaba así el acierto de la autora Tessa Hulls, quien se autodefine como «comic journalist», que vendría a traducirse como alguien que ejerce el periodismo a través de viñetas, a través del cómic. Como puedes imaginar y por poco que conozcas el nombre de Joe Sacco, protagonista de hoy, si hay un nombre que ha llevado en numerosas ocasiones al límite este subgénero de cómic periodístico a lo largo de su trayectoria, éste ha sido sin dudarlo él. Las obras con las que se dio a conocer y que le lograron premios y reconocimiento internacional lo dejaban claro: Palestina, Gorazde: zona protegida, Notas al pie de Gaza… Y ahora este incómodo El disturbio eterno. Incómodo no porque no sea recomendable leerlo. Al contrario: como toda nueva obra de Joe Sacco, su lectura es tan necesaria como no girar la cabeza cada vez que las noticias del mundo real nos hacen avergonzarnos del género humano al que pertenecemos. Y eso es algo que define a la perfección a este verdadero periodista en cómics: nunca mira a otro lado y lo que nos cuenta es fruto de una labor tan concienzuda y exhaustiva como la de todos aquellos periodistas de investigación que antaño eran capaces de derribar gobiernos corruptos. Quizás porque hoy en día la prensa es un circo vendido al mejor postor o pagado por ideologías, se hace más necesario y auténtico el esfuerzo de autores como Joe Sacco que contrastan y cuando al fin nos cuenta un evento o una tragedia dibujando, lo hace después de haber buscado los datos más cercanos a ese bien tan escaso hoy en día: la verdad.
Después de haber puesto en evidencia los dramas y conflictos más representativos de la Historia de las últimas décadas, Joe Sacco nos acerca en esta novela gráfica de exultante dibujo realista a los disturbios de Muzaffarnagar, una serie de episodios de violencia irracional que tuvieron lugar en el estado de Uttar Pradesh, en India, en 2013 entre las dos comunidades principales que, hasta entonces, habitaban la zona: de un lado los hindús, del otro una cuantiosa comunidad musulmana en esa zona, personificada habitualmente en la mano de obra barata empleada por los hindús. Merece la pena atender a la concisa pero muy didáctica explicación del autor para ponernos en contexto para el viaje al que nos conduce por las desconocidas zonas rurales de la India en que tuvo lugar el incidente. «India se convirtió en nación a la vez que Pakistán en 1947, cuando el agónico Imperio Británico se deshacía irremediablemente. Fue entonces cuando se dividió en subcontinente en zonas sectarias: India para los hindúes y Pakistán para los musulmanes. La partición fue una catástrofe humanitaria. Más de 12 millones de personas fueron expulsadas de sus casas o huyeron a uno u otro lado para evitar formar parte de una población minoritaria, y cientos de miles -puede que un millón- murieron en la subsiguiente masacre». Y pese a todo y en especial teniendo en cuenta que hoy en día, en India, los musulmanes representan menos del 14% de la población, durante un tiempo, «india se convirtió en una nación laica donde los musulmanes eran considerados ciudadanos indios».
Obviamente, como la Historia nos ha demostrado desde que creímos ser seres conscientes e inteligentes, inventar cualquier religión para poder controlar y separar a las masas, dictando lo que según escritos sagrados nos hace diferentes aunque compartamos un mismo color de piel o lugar en el que habitamos, ha marcado los más sangrientos conflictos desde que el uso de la palabra escrita ha podido dejar testimonio de ello. Y todo para que, pese a conocerlo e incluso haberlo vivido a veces, lo sigamos repitiendo una y otra vez a lo largo de más de dos mil años. Volviendo al escenario escogido en esta ocasión por Joe Sacco, en Uttar Pradesh, el primer rey mogol, de nombre Babur, construyó en el siglo XVI la mezquita de Ayodhia. Como muchos otros monumentos recogidos en textos de religiones diferentes, este lugar era sagrado para hindúes y musulmanes. Y durante un tiempo tan imponente vestigio histórico fue compartido pacíficamente por ambas religiones. Hasta 1992. Entonces una multitud de 150.000 personas (sí, has leído bien… házte una idea de la magnitud real) organizada por diferentes grupos nacionalistas hindúes, destruyeron la mezquita y provocaron un seísmo en la comunidad musulmana que provocó un enfrentamiento abierto en todo el país en el que murieron 2.000 personas. Y aquello fue solo el principio. De camino al incidente que movió a Jose Sacco a profundizar en una herida que ya nunca cerrará, el autor hace recuento e incluso salen a su paso más historias, en otras aldeas y lugares remotos, de innumerables incidentes donde el más puro salvajismo y el fanatismo se ondearon como excusa para la barbarie incontrolada e incontrolable. El dato más importante aquí a nunca olvidar: ambos lados fueron y son verdugos y víctimas.
A la veracidad de Joe Sacco como narrador se une su pericia como hábil guionista, capaz de hilvanar las historias de los miembros de ambas religiones en un relato que, como el mejor artículo de investigación o relato de conflictos, nos mantiene despiertos, atentos a los detalles. Llegando gracias a la destacada labor de guías y periodistas locales que le hacen a la vez de intérpretes, Joe Sacco entra a las habitaciones donde uno y otro bando guardan y exhiben sus versiones de los mismos acontecimientos, de los mismos escenarios. No en vano, el autor agradece al final del libro la ayuda de estos colaboradores porque, según él, «un periodista en un lugar extranjero suele se un inútil si no cuenta con ayuda significativa de la zona». Respetuoso pero fielmente atado a su búsqueda de veracidad, el autor saca a la luz obviedades incómodas que ponen de manifiesto uno de los peores males de nuestro tiempo: quien está arriba impone su narración de los hechos como si fuese la única verdad posible y creíble. Un poco como las religiones a las que representan: poner en tela de duda la palabra de un jefe de aldea o de tribu es como ser un hereje a los ojos de los dioses por los que se llega a matar aún cuando no haya razones para ello. De un modo muy inteligente para contarnos los disturbios de Muzaffarnagar, Joe Sacco sólo tiene que reflejar lo que le contaron para que la mentira sea evidente, para que lo peor resulte evidente… En estos disturbios hubo muertos sí, y heridos, pero sobre todo se volvieron a vivir éxodos de decenas de miles de personas forzados a dejar la tierra en que habían vivido toda su existencia.
Las reflexiones a la que nos conduce Joe Sacco son muchas en un escenario de posturas tan extremadamente opuestas capaces de llevar al enfrentamiento encarnizado a quienes una vez fueron vecinos, obligados por las circunstancias a entregarse a luchas fratricidas con armas de fuego, espadas e incluso piedras. Porque sí, tanto India como Pakistán son dos naciones especialmente superpobladas, donde las concentraciones y reacciones masivas son casi hasta normales. Pero aún así, Joe Sacco refleja miedos convertidos en realidad ya en muchos países de occidente, donde las masas, carentes en realidad de nada por lo que moverse, cobran una conciencia propia movida tan sólo por odio que nada puede detener. El autor nos pregunta «querido lector, ¿eres capaz de creer en la gente? ¿Aplaudes el impulso que une a La Gente para reparar un agravio o posicionarse por algo? ¿Y si La Gente está enfadada? ¿Y si no son de los tuyos? ¿Qué pasa si su ira parece estar dirigida hacía ti? ¿Cuándo adopta el aspecto de su asamblea el de una multitud incontrolable? ¿Y cuándo empieza una multitud incontrolable a parecer una masa totalmente enfurecida?»
Posiblemente sea deformación profesional pero, como periodista, constatar el esfuerzo y además la habilidad de un autor capaz de contar tragedias como el narrado en El disturbio eterno, despierta tan profundo respeto por obra y autor que creo que este libro debería impartirse en las escuelas de periodismo como ejemplo de un trabajo bien hecho, necesario, analítico y capaz de despertar la consciencia y credibilidad que muchos llamados medios de comunicación son incapaces de demostrar. Concluida la hipnótica lectura de esta novela y testimonio gráfico, Joe Sacco vuelve a mirarnos a los ojos. Porque no sólo no aparta la mirada ante lo difícil, ante lo que otros prefieren pasar por encima. Joe Sacco es capaz de hacer todas las preguntas incómodas con las que, los protagonistas de esta historia nos llevan a la verdad incluso escuchando sus mentiras.
SOBRE EL AUTOR
JOE SACCO
Joe Sacco (Malta, 1960) tuvo su primer gran éxito a mediados de los años noventa con la novela gráfica Palestina, fruto de una inmersión de dos meses en los territorios de Gaza y Cisjordania, con la que asimismo obtuvo el American Book Award. En el año 2000 publicó su siguiente obra, Gorazde: zona protegida, acerca de la guerra civil en Bosnia oriental. Por ella fue galardonado con una Guggenheim Fellowship así como también con el premio Eisner; además fue escogida por The New York Times como uno de los mejores libros del año y, en concreto, como el mejor cómic de la temporada por la revista Time. En 2003 publicó El mediador, de nuevo centrado en el conflicto de la antigua Yugoslavia. Desde hace quince años, Reservoir Books ha publicado cada nuevo y exitoso libro suyo. En Notas al pie de Gaza(2009; Ridenhour Prize y Oregon Book Award en EE.UU, así como Prix France Info y Prix Regards sur le monde del festival de Angoulême) ahonda en los orígenes del conflicto árabe-israelí examinando los hechos acontecidos durante la guerra del Sinaí, en 1956, en las localidades de Rafah y Jan Yunis. En Reportajes (2012; finalista del Oregon Book Award) reúne sus piezas elaboradas para la prensa internacional durante el primer decenio del siglo XXI, de Palestina a Irak y de la India al Cáucaso. La Gran Guerra (2013) es un gran fresco sobre el primer día de la batalla del Somne, en la Primera Guerra Mundial. En Bumf vol.1 (2014) regresó a la sátira política que había cultivado en sus primeros años como dibujante y retrata un país enloquecido en el que Richard Nixon resucita en la piel de Obama para alzarse sobre las ruinas de la democracia americana. Finalmente, Un tributo a la tierra (2020), su última obra publicada internacionalmente, es una larga crónica sobre la explotación de recursos naturales en los territorios del noroeste del Canadá y los conflictos que ello crea con el pueblo dene. Actualmente, Joe Sacco vive en Portland, Oregón.
