Doble jugada maestra de David Rubín: “El Fuego” y “Cosmic Detective”. Con entrevista al autor. Edita Astiberri.

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Página de “Cosmic Detective”.

Recientemente alguien “acusaba” irónicamente a David Rubín de “hacerse competencia a si mismo en las estanterías de las librerías”. Pero en realidad ninguna de sus dos últimas obras puede hacer sombra a la otra, porque Rubín ha firmado dos historias maestras tan diferentes como noche y día y que a la vez se disfrutan bajo la óptica única de uno de nuestros mejores dibujantes internacionales. “Cosmic Detective” (Astiberri. 2022) nació fruto del crowdfunding animado por el guionista norteamericano Matt Kindt junto al también escritor canadiense Jeff Lemire. Reflejo de su presencia y trabajos en Estados Unidos, al lado de “El Fuego” podría parecer una gamberrada bien hecha, dado que se trata de un cómic clásico en estado puro que, ya de entrada, está dedicado al siempre recordado Jack Kirby. Original ciencia ficción con aire pulp, es la historia de un detective de una división especial dedicada a investigar a seres innombrables que habitan en la Tierra. Exceso puro en manos de Rubín, con un sentido del detalle, del color, tramas y todos y cada uno de los recursos que hacen Arte al Cómic, quien haya seguido a Rubín coincidirá en que aquí están algunos de sus mejores dibujos. A doble página, en páginas enteras. Éste es un libro que se disfruta de la primera a la última viñeta.

Página de “El Fuego”

Lo mismo ocurre con “El Fuego” (Astiberri. 2022). Una distopia futurista en la que un asteroide dirigiéndose imparable a la Tierra marca el posible fin de la humanidad. Si entras, tampoco podrás dejar la historia hasta que pases la última página. Sólo que la experiencia es abismalmente distinta a “Cosmic Detective”. Leer ambas obras coincide en la impresionante evolución de Rubín como autor y dibujante. Porque aquí guión y dibujo son todo suyos. Pero recordando la impresión imborrable de haber leído algo completamente diferente cuando leí su libro “El Héroe”, de “El Fuego” resulta igualmente imposible salir indemne a nivel emocional. Hace diez años que Rubín empezó a hablar de esta historia que, pasados tantos años y experiencias vitales, se ha convertido en un espejo de la vida del autor y de las nuestras propias: desde su paternidad (como es padre de una hija el arquitecto protagonista Alexander Yorba) al desencanto que se se acumula en las arrugas de los tiempos que nos rodean, pandemias incluidas. El resultado es un último viaje donde, más que el fuego, es Rubín quien realmente nos deslumbra con su capacidad para dibujar situaciones y sentimientos a través de su técnica y los recursos que aprovecha en cada detalle de cada viñeta. Rubín es capaz de meterte en sus historias y removerte por dentro, porque nada le detiene usando un medio al que respeta tanto que lo domina completamente. Dos obras del todo imprescindibles.

Entrevista a David Rubín

Está clara tu implicación total con tu trabajo ya que, junto a tu obra, te mueves continuamente por salones de cómic, giras por librerías especializadas, exposiciones… ¿Consideras especialmente importante tratar de aparecer en todos  los medios y formas posibles en una época de exceso de información, donde la atención del público, de la gente en general, apenas dura lo que se tarda en leer un titular?

Sí, creo que justamente a raíz de eso con lo que terminas tu pregunta es más necesario que nunca hacer mayor hincapié e intentar al menos ser visible en la mayor medida posible. A día de hoy es la época en la que más hemos tenido más novedades a lo largo del año. Cuando era pequeño y adolescente o incluso no remontándonos tan atrás, simplemente hace diez años, el flujo de novedades que había en España era el 10% comparado con lo que hay ahora. A nivel anual  o semanal y mensual el hecho de que tu libro siga en stock, siga a la vista en las librerías es algo tremendamente importante para que tenga una vida larga y pueda funcionar. Entonces cualquier presencia por breve que sea en medios ayuda. Por eso también hago esto de las giras. Vamos a ver, para mí es un coñazo si te digo la verdad. Acabas muy cansado, te saca de tu rutina, te aleja de tu familia y un montón de cosas pero es necesario. Tú has estado varios años de tu vida vinculado y sacrificándote por sacar una obra adelante y ahora que esa obra sale tienes que defenderla, no vale con dejarla ahí a ver qué pasa. Al menos en lo que yo pueda ayudar hay que intentar allanar el terreno lo mejor posible para que la obra pueda ser un éxito y llegue a cuanta más gente mejor ese trabajo.

En tu caso concreto eres tú quien maneja tus redes sociales, en las que estás continuamente intentando divulgar la novela gráfica, el cómic, el Noveno Arte. ¿Crees que eso ha ayudado a crear una mayor presencia, de modo que ahora el cómic tiene una exposición en librerías generalizadas o en medios nacionales de primer nivel?

Sí, yo creo que es importante tener claro que para que esto funcione, para que el tema del cómic se normalice y la industria del cómic en España llegue un día a ser fuerte, todo pasa a ser trabajo en equipo, sobre todo por aprender a sembrar. Para poder recoger hay que sembrar. No se puede recoger de la nada. Para sembrar no sólo vale con mirar por lo tuyo, lo que tienes que hacer es siempre intentar fomentar el medio, educar a los lectores, educar a la sociedad también en que el medio del cómic es cultura al mismo nivel que cualquier otro. Eso pasa por un montón de acciones diferentes, muchas de ellas pequeñas, como cosas que se pueden hacer simplemente teniendo una cuenta en Twitter o en cualquier otra red social y que pasan por hablar y recomendar tebeos de compañeras y compañeros sobre otras obras. Sobre meterle ganas de leer a la gente. Sobre también dar a conocer cómo funciona este trabajo, qué sacrificas por cada nueva obra, qué te cuesta a ti. Yo creo que también es muy importante lo de explicar cómo se hacen las cosas, desde cómo se compone el guión a cómo construyes una página, todos los pasos previos que hay desde la idea inicial hasta el libro que llega a las librerías. Mostrar eso a los lectores. Y las redes sociales son una herramienta fabulosa para eso, y yo creo que cuanta más gente vea eso mejor va a funcionar a muchos niveles. Por un lado, gente que quiera ser autor de cómic, lo va a tener más fácil de lo que lo tuve yo cuando empecé que no tenía ni idea de nada, iba caminando a ciegas. Les estás mostrando caminos, les estás mostrando soluciones. Y también a la gente que lo único que quiere es pasárselo bien leyendo un tebeo, les estás aportando de verdad el saber lo que cuesta hacerlos, todo ese esfuerzo que hay detrás que muchas veces no se es consciente de ello. Y sobre todo vas generando un poso de normalidad de cara al medio que poco a poco va a más. Yo creo que aún estamos muy lejos por desgracia de estar a un nivel en donde podamos empezar a sacar los laureles y celebrar que el cómic está genial y sobre en la industria en España, que ya es una maravilla. Falta mucho para eso, pero sí creo que estamos en el buen camino y poco a poco se van consiguiendo pequeños hitos, pequeños triunfos que van ayudando a mejorar la cosa y allanar el terreno tanto para los que estamos como, sobre todo, para los que vienen.

Página de “Cosmic Detective”

Llegados a tus dos últimas novelas gráficas editadas aquí, aunque todos sabemos que “Cosmic Detective” se editó antes gracias al crowdfunding que hiciste con esos reconocidos autores norteamericano y canadiense, tenemos dos caras completamente diferentes de lo que supone disfrutar de un cómic: una ellas es pura diversión, homenaje, referencias y la otra es un proyecto incluso más personal de lo que fue “El Héroe” en su día, hasta el hecho de las reflexiones que despiertan después de leer “El Fuego” te dejan tan noqueado como las mejores historias de ciencia ficción. ¿Cómo te enfrentaste a tareas tan distintas? Porque de hecho cuando dibujabas “Cosmic Detective” ya llevabas tiempo trabajando en “El Fuego”.

Sí, se solaparon durante una época, llevé a la par ambas obras con tonos tan diferentes, intenciones tan diferentes, pero para mí en cambio fue casi de agradecer. “Cosmic Detective” es un tebeo que desde el principio nos planteamos los tres autores como algo para hacer y pasárnoslo bien haciéndolo y un poco recuperar esa sensación que tenías cuando eras chaval y leías tebeos y alucinabas. Es un tebeo para pasarlo bien todo el mundo. “El Fuego” no, es un tebeo para hacerte reflexionar y que te des cuenta de lo chungos que estamos, todo lo contrario. Para mí era muy liberador estar una semana trabajando en “El Fuego” y de repente pasarme a currar un par de semanas sólo en “Cosmic Detective”. Era como irse a Disneylandia. Era fabuloso y además lo agradecía porque cuando tenía que volver a “El Fuego” volvía con energías renovadas. Y “El Fuego” para mí supuso una carga tan fuerte y tan dura a nivel emocional y a muchísimos niveles… El hecho de ponerme a trabajar en él era prácticamente sufrir. Así que yo agradecí bastante el poderlo solapar con otra obra que me permitía relajarme mucho más y disfrutar del viaje.

Llama la atención el gran formato de ambas obras y sobre todo y siguiendo un poco tu trayectoria, que siempre has ido contando, donde ya en “El Héroe” mezclabas tu vertiente artesana con la tecnología, en estos últimos años ya te has pasado definitivamente al digital lo cual supongo que, entre otras cosas, te permitirá atender mucho mejor la demanda del mercado norteamericano para el que ahora haces bastantes cosas.

Sí, bueno, el tema de pasarme al digital el principal motivo fue ese: buscar un modo en que yo pudiera seguir atendiendo esa demanda sin tener que bajar la calidad. De hecho, creo que gracias al digital incluso la he podido subir por encima de lo que yo esperaba y me ha permitido evolucionar de nuevo como artista encontrando nuevas soluciones y caminos. Por otro lado, estos últimos libros son totalmente en digital, tanto “Cosmic Detective” como “El Fuego” y creo que me ha dado vía a incrementar mi creatividad, a incrementar todavía más mi capacidad de arrojo y de experimentación, porque al final lo que estás diciendo es si aquí hago así o hago asá o meto esto y entonces pienso, ostras y si no me sale bien y estropeo la página y tengo que volver a empezar de cero… Un día o dos tirados a la basura. En el digital eso ya no existe: pruebas lo que quieras, cambias, le das vueltas a las cosas, intercambias viñetas de sitio, haces lo que sea y no tienes miedo a decir a ver si me paso; si te pasas no pasa nada, vuelves atrás o sólo es eliminar una capa. Es eliminar minutos de trabajo, no días enteros. Yo en ese sentido lo prefiero. Y vale, sí, te quedas sin un remanente bueno para los autores, sobre todo de cara a más adelante que es el tema de la venta de originales, pero mira, yo ahora mismo lo que me más me pide el cuerpo y lo que más necesito es producir continuamente obra nueva y sacar adelante como ha sido este el caso dos novelas gráficas que juntas suman casi 500 páginas en un año. Creo que no hay que tenerle miedo a lo que es una herramienta como trabajar en digital, que incluso se puede compaginar en ciertos modos con seguir trabajando en papel, no está reñida una cosa con la otra. El tema, como todo, tiene sus pros y sus contras y hay que aprender de ellos. Se generan nuevas limitaciones, pero también se generan nuevos retos a superar. Es como antes cuando pasabas al pincel, que te ofrecía cosas que no hacía la plumilla pero tampoco conseguías las cosas que la plumilla te ofrecía. Hay que aprender a dominar la herramienta y ya está. Y si eso se traduce en que tu trabajo mejore, puedas ofrecerles mayor calidad a los lectores y también mayor cantidad de obra, pues mira, yo creo que eso es lo ideal.

Página de “El Fuego”

Usar la tecnología deja claro que también profundizas en ciertos detalles que siguen llamando la atención aunque transcurran en segundo plano a la historia principal que cuentas, como es el caso de ese continuo en tu obra que es la alusión a los superhéroes, en especial en “El Fuego”, aunque las circunstancias son incluso más lamentables que las del propio personaje protagonista. ¿Es éste, el de los superhéroes, un género que sigas hoy en día, tanto en papel como en pantalla grande?

Sí, me gusta, sobre todo en papel. Las pelis, aunque hay alguna, no me causan tanta curiosidad. Pero sí, yo aprendí a leer con los tebeos de superhéroes y los sigo leyendo y releyendo, tanto los antiguos como cosas de ahora que, aunque me interesan menos, la mayoría siempre hay cosas realmente extraordinarias, por ejemplo por un lado es como todo: posiblemente ésta sea la época en que peores tebeos de superhéroes se están haciendo y al mismo tiempo en donde mejores cosas se están haciendo. Son menos, pero de vez en cuando te sale un un Visión y la Bruja Escarlata y cosas incluso más recientes como lo que está haciendo Jorge Fornés, cosas así me parecen tebeos de máxima altura. Es un poco como todo, fíjate en la música: la mayoría es una mierda lo que se saca, pero también no dejan de salir gemas continuamente, entonces no por eso vas a decir que toda la música pop es una mierda. Con los tebeos de superhéroes es igual, no es lo mismo que hace 30 ó 40 años pero sigo al tanto de lo que se hace. Muchos amigos y compañeros se dedican a ellos, trabajan en ellos, de modo que me gusta estar al tanto de lo que hacen y luego de vez en cuando se van haciendo cosas nuevas. Siempre me han gustado pero nunca he sido un friki ni les he tenido una reverencia especial a los personajes. Nunca me he comprado un tebeo de superhéroes, al menos desde que tengo más de doce años, por los personajes. Cuando empecé a darme cuenta de que hacer tebeos me gustaba y que lo que me gustaba era cuando aquellos tebeos estaban dibujados por un autor u otro, aquello se convirtió en mi máxima.

Mencionabas el tema de la música cuando LH MAGAZIN es una revista eminentemente musical. ¿Cómo de importante es la música para ti en tu vida? Porque desde luego incluyes igualmente detalles que aluden a tus gustos musicales como ese pequeño detalle en “El Fuego” en el que se lee una nota donde dice que Rosalía ha superado los 100 años de edad.

Sí, para mí es muy importante la música. No concibo el existir sin música. Me llena, mejora mi vida y me acompaña, en los momentos buenos, en los momentos malos y hasta en los terribles. Y además es algo mágico porque es como si la música fuese más allá de gustos. Es algo más anímico, según cómo tenga el día necesito escuchar más una cosa u otra. Me puedo pasar tres semanas escuchando solo a Mozart y luego pasado eso de repente me tiro a escuchar a Motörhead (risas), así que no hay ningún truco para esto. A mí al menos a nivel personal lo que me gusta de la música es como lo que hablábamos antes de los cómics: estar continuamente descubriendo cosas nuevas. Cada vez que descubro un artista o un grupo o algún tipo de música que no conocía de antes y que me sorprende, para mí es un motivo de celebración, me hace sentir vivo otra vez. El tema de la música es importante para mí a muchos niveles, para trabajar también. Yo soy incapaz de trabajar escuchando podcasts, no me concentro bien, sin embargo la música es algo que me acompaña en todas las facetas de la vida.

Página de “Cosmic Detective”

También me llama la atención como al igual que cuidas mucho tu dibujo siempre cuidas también tu imagen pública, especialmente cuando vas a salir de giras promocionales. Tus anuncios y tus propios carteles me recuerdan a cuando los grupos de rock salen de gira y además hay elementos recurrentes como tus botas que te son a ti lo que a Frank Miller su sombrero. ¿Es algo que cuidas especialmente para que vaya asociado a los tebeos? Mencionabas a Motörhead, cuyo líder siempre fue reconocible. Y contigo pasa lo mismo, tanto tu dibujo como tu presencia son del todo reconocibles.

Pues no sé, la verdad, yo llevo las mismas pintas cuando voy a firmar a una librería que cuando voy a recoger a mi hija al cole. No es que me maquee especialmente para una cosa o la otra. Visto así, llevo ya muchos años con botas y con patillas y vistiendo de negro y esas cosas (risas). Es algo que viene antes incluso de empezar a dibujar cómics. ¿Qué luego se ha convertido en mi imagen? Me parece bien, no tengo problema con ello pero no es algo que digamos trabaje en exceso porque simplemente mi día a día es así ya. No me disfrazo para ir a unas firmas o de evento, voy como cualquier otro día. Sí que creo que es tiempo de empezar a rockanrolear un poco más con el tema de los tebeos. Debería ser bueno el que más gente se creciera un poco más porque deberíamos ser como son las estrellas de Rock.

Yo lo veo así, sinceramente.

Página de “El Fuego”

Ese es el modo de que esto avance. En el fondo nuestro trabajo consiste en que la gente lea, esa es la finalidad de mi trabajo. Todo lo que sirva para profundizar en eso, desde mis dibujos a gente que se acerca. Llevo años en que soy consciente de ello para bien o para mal de todo lo que trae consigo: hay gente que lo que quiere es conocerte. Que se compra un libro tuyo para el día en que vas a su ciudad o a tal evento conocerte y sacarse la foto contigo; es gente que casi no tiene que ver con los tebeos y eso es algo que suma. Yo en mi caso no lo busqué. Simplemente es que soy así, siempre fui un chulazo rockanrolero (risas). Me resultó fácil porque no tuve que hacer nada. Pero ya no es ir de nada, sino creernos un poco más que hacemos algo tan importante como para llamar la atención, que hacer un tebeo no es algo tan rápido. Hay que dejar ya de lado ese rollo que hay por desgracia tan extendido por ese cáncer llamado la falsa modestia entre mi gremio, de gente que su trabajo es hacer cómic y ya está y que el resto es ofrecer una imagen huraña, casi de demiurgo, metido ahí en su cueva y que no sale y que le da vergüenza ir a firmar a salones porque ese no es su curro. Pero tu curro es vender el tebeo también, amigo. Es que si no parece que nuestro trabajo es sólo escribir o dibujar, pero también es nuestro vender el tebeo. Vale que ese es el trabajo del editor. Bien. O del librero. Pero es que tenemos que aprender todos a actuar en equipo. Si actuamos todos en equipo, el tebeo que saques va a funcionar bien. Si tú te lo curras en el tema de fomentar que se venda más, el editor también se lo va a currar más por la cuenta que le trae. Va a invertir mucho más, te va a pagar un avión para aquí y un tren para allá. El librero va a ver que se mueve más el tebeo y va a compras más copias y a recomendarlo bien. Es todo un trabajo en equipo, que si conseguimos todas las partes hacerlo bien el resultado es que los tebeos se venden. Pero claro, si empezamos determinadas partes a pasar de todo y a ir con cara de culo cuando tienes que hacer una presentación o rollos así pues oye, ¿qué quieres? Luego no te quejes de que no vendes una mierda.

Ya para acabar y sobre algo de lo que tú hablabas antes al mencionar la avalancha a la que se enfrenta el aficionado al cómic dada la cantidad de novedades que sacan todas las editoriales todos los meses. Dados los tiempos en los que estamos, muchas veces hay que seleccionar, así que ¿cómo ayudarías tú a un seguidor tuyo que se encuentran en la estantería con “Cosmic Detective” y “El Fuego” y que sólo pueden comprar uno, ¿qué les dirías para que fueran a uno u otro lado?

Pues mira, le diría principalmente que se compre el que más le apetezca por sus gustos. Pero luego personalmente le diría que se compre “El Fuego”, porque es un tebeo que he hecho para el mercado español. Porque he empleado un año de mi vida sin ingresar nada sólo para terminar este tebeo y que haya salido ahora, porque la editorial también ha arriesgado un montón con él, máxime ahora con la crisis del papel y todo lo que hay y ha sido un tebeo muy caro de producir y, sobre todo porque el porcentaje del tebeo de royalties que me llevo es mayor que el que me llevo con “Cosmic Detective”, entonces a nivel personal yo prefiero, si tienen que elegir entre los dos, que se compre “El Fuego”, porque a mí me vienen mejor, claro. Y porque es un tebeo en el que yo he apostado muchísimo. “Cosmic Detective” no sé, pero creo que va de putísima madre también, pero para mí no es tan importante. Es un tebeo que para empezar sale Jeff Lemire impreso en la portada, con lo cual ya se va a vender solo y luego aparte es que viene de un crowdfunding donde nos levantamos muchísimo dinero; es el cómic, es la obra por la que más he cobrado en mi puta vida y aún ni siquiera me han venido réditos de venta, ósea aún falta todo eso, sólo de adelanto. Yo esa obra ya la tengo amortizada al 100%, entonces si alguien duda porque no tiene pasta o por lo que sea y sólo se puede comprar uno de los dos, yo le diría que “El Fuego”. Porque es la apuesta de verdad. Es el todo o nada. En el que yo me arriesgo, en el que la editorial se arriesga. “El Fuego” es la diferencia en que si funciona, dentro de un año o dos yo pueda traer una nueva novela gráfica hecha para el mercado español o tarde cinco o seis años en que venga la siguiente.

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