Si algo bueno tiene siempre la edad es haber tenido la oportunidad de ser testigo directo de acontecimientos históricos y culturales en primera persona, no a base de refritos, secuelas y remakes de mil veces lo mismo. Nunca olvidaré que yo estudiaba periodismo cuando cayó el Muro de Berlín, por ejemplo. Pero también tuve la suerte de vivir los añorados 80 cuando quedaban muchas historias por inventar. Incluso por debajo de las vivencias de aquella época, los nacidos hace casi tantos años como para que los dinosaurios caminasen aún por la Tierra, tuvimos la suerte de experimentar un cine totalmente diferente al de hoy en día. Imagina si era diferente que era incluso en blanco y negro, algo que desde hace unas cuantas generaciones es impensable, por supuesto. Puede que sólo tuviésemos dos cadenas de televisión, pero te aseguro que no imaginas la suerte de ver verdadero cine, hecho con el corazón y no con efectos especiales. Nada puede superar a las salvajes hordas cinematográficas de actrices y actores nacidos a partir de 1920. Lógicamente en aquel año no había televisores en los hogares, pero en la década de los 80 eran habituales las reposiciones y rescate de joyas que todavía recuerdo y, posiblemente guardo grabada en algún VHS. En pleno ascenso cinéfilo, pude ver por televisión tanto el clásico de 1920 La Marca del Zorro, película muda extremadamente divertida protagonizada por Douglas Fairbanks, como su versión de 1940, donde a don Diego Vega, el Zorro, lo interpretaba un exultante Tyrone Power, enfrentado a un enemigo de lujo: Basil Rathbone como capitán Esteban Pasquale (aparte de sheriff de Nottingham en el Robin Hood de Errol Flynn o inolvidable encarnación de Sherlock Holmes).


El Zorro es un personaje que ha superado ya 100 años de existencia desde que Johnston McCulley escribiese en 1919 La Maldición de Capistrano, historia serializada en la revista pulp All-Story Weekly y que, posteriormente y a raíz del éxito de la primera película, se recopilaría y editaría ya como La Marca del Zorro en 1924. Habiéndose realizado más de 40 películas y infinidad de series y adaptaciones, me sigo quedando con las películas de las que te hablaba. En todo caso, de entre las muchas adaptaciones a todo tipo de medio que se han sucedido a lo largo de tantos años, no dudaría en recomendar la pureza minimalista en blanco y negro del genial dibujante Alex Toth quien, a finales de la década de los 50 del pasado siglo revivió literal y gráficamente a un personaje que ha permanecido vigente, con mayor o menor fortuna, a lo largo de muchas décadas y momentos diferentes.

Y entonces llegó Sean Gordon Murphy. Y este apabullante cómic, El Zorro regresa de entre los muertos, cuya portada parece salida del más puro espíritu del cine, la literatura y lo cómics de aventuras de los años 20, cuando todavía se inventaban nuevas historias y los personajes creados acababan convertidos en leyendas arquetípicas: un justiciero enmascarado, héroe audaz y vengador de toda injusticia posible. En realidad ninguno de esos elementos le resultaba ajeno a Sean Gordon Murphy, en especial si tenemos en cuenta que en una de sus creaciones más populares, Batman: White Knight, para DC Comics, ya sacó de las sombras a otro héroe escondido tras una máscara.

El Zorro regresa de entre los muertos nos cuenta la historia de Rosa y de Diego. Estamos en la actualidad, en una idílica y remota zona de México conocida como La Vega donde cada año, en el Día de los Muertos, se recuerda la figura de El Zorro como liberador, en este caso, del antiguo yugo español. A la alegría de presenciar la representación en la que su padre, actor, encarna al justiciero enmascarado delante de la multitud que celebra ese día especial en la tradición mexicana, le sucede la realidad posible de tantos lugares en América del Sur donde son los cárteles de la droga los que dominan el territorio. Más cruel que un Kingpin enloquecido y con parecida constitución, en La Vega manda El Rojo, quien no duda en asesinar al padre de Rosa y de Diego delante de sus hijos.

Muchos años después, una trágica sucesión de eventos reunirá a los hermanos. Rosa, como empleada del hombre que mató a su padre y Diego, mudo desde entonces, decidirá afrontar su trauma abrazando la leyenda de 200 años de El Zorro, poniéndose la máscara, demostrando las enseñanzas con la espada de su mentor Alejandro y declarando la guerra a los narcos por el bien de su pueblo. Lo que sucede a continuación es un despliegue de acción sin freno que el autor no dudó en resumir como el cruce entre Don Quijote y la serie Narcos. Si conoces a Sean Gordon Murphy y en especial la espectacularidad de su dibujo, de estilo clásico y a la vez concepción moderna en la disposición de las viñetas, y la agilidad narrativa. Es más y, para suerte y disfrute de lector y lectoras, este creador y dibujante nos regala a lo largo de en ocasiones a lo largo de El Zorro regresa de entre los muertos con apabullantes viñetas a toda página e incluso una página formada por 4 paneles que se despliegan y que, simplemente te dejarán con la boca abierta.

A los lápices y profundo entintado maestro de Sean Gordon Murphy hay que añadir al talento igualmente indescriptible de Simon Gough coloreando esta experiencia visual que no engaña y ofrece en el interior la misma grandeza artística que nos recibe en la portada. Cuidada edición en cartoné, la calidad del acabado y el contraste supremo de las planchas hacen de este cómic una cita imprescindible para todo amante del dibujante, del cómic de aventuras y, por supuesto, de los seguro muchos aficionados y seguidoras de El Zorro ahí afuera.

Es más, la propia existencia de El Zorro regresa de entre los muertos es todo muestra de la afición que sigue al personaje. Afortunados de que Norma Editorial fijase su vista en esta joya secuencial, lo cierto es que este cómic fue posible a través de una más que exitosa campaña de kickstarter. Curiosamente se trató de la primera campaña de crowfunding realizada por Massive Publishing, un sello editorial fundado por los creadores de cómics Michael Calero, Trevor Richardson y Kevin Roditeli. Aliados con Sean Gordon Murphy en un momento en que cualquiera de sus aportaciones supone un valor seguro por el que los aficionados al cómic van a apostar su dinero, contaron también con Zorro Productions, Inc., corporación que controla las marcas comerciales y los derechos de autor mundiales del nombre, la imagen visual y el personaje de Zorro. La marca está representada en todo el mundo por más de treinta y cinco agentes de licencias para todos los medios y productos auxiliares. John Gertz, presidente y director ejecutivo, ha estado guiando la marca durante más de cuarenta años a través de importantes películas, televisión, producciones teatrales, proyectos editoriales y promociones, además de miles de productos con licencia.

Planeada originalmente, muy al gusto y estilo norteamericano, para ser una miniserie limitada de 4 números, el objetivo que se planteó para a campaña de Kickstarter fue de 40.000 dólares estadounidenses. Al acabar la campaña se habían recaudado nada menos que 302.107 dólares… La evidencia de que Sean Gordon Murphy es un autor al alza queda clara. De modo que Zorro. Man of the dead que fue el titulo con el que esta obra fue editada en Estados Unidos, se convirtió pronto en una vistosa realidad y en un nuevo éxito instantáneo para su autor. Eso sí, razones no le sobran. Historia renovada a lo mejor y lo peor de nuestros días, el cómic avanza in crescendo alcanzando tanta velocidad como los coches usados por los protagonistas contra los narcos en el momento en que Diego acepta que puede ir más rápido que a lomos de su caballo. Si a las elevadas dosis de acción le das un dibujo excepcional y muchísimas nuevas ideas a nivel visual, no se puede pedir más. Sean Gordon Murphy nos ofrece un espectáculo tremendo pero también una trágica historia de amor fraternal y venganza que importa y aporta tanto como las excelentes escenas de acción.

Por si fuera poco, este integral de Norma que recoge los 4 números de la miniserie incluye también una espléndida e inigualable galería de portadas donde la lista de invitados es simplemente espectacular: Dustin Nguyen, Rafael Albuquerque, Joe Quesada, Walter Simonson e incluso Amanda Conner con Jimmy Palmiotti. El regreso del Zorro no podía ser más redondo. Te lo regales o lo regales a alguien, éxito asegurado si lo vuestro es el cómic de aventuras dibujado por uno de los artistas con más talento, expresividad y trazo espectacular del mercado norteamericano actual.

SOBRE EL AUTOR

SEAN GORDON MURPHY
Después de entrar en la industria a una edad temprana, Sean Murphy se hizo un nombre en el mundo de los cómics independientes. Escribiendo e ilustrando Punk Rock Jesus, Sean mostró su versatilidad como creador; si bien es ampliamente conocido por su trabajo con algunos de los mejores escritores de la industria en títulos como Joe the Barbarian, American Vampire, The Wake, Chrononauts y Tokyo Ghost, a Sean le gusta escribir para sí mismo. Sus arcos argumentales Batman: White Knight, Curse of the White Knight y Beyond the White Knight han cosechado elogios de la crítica y el público. Ahora es el momento de Zorro: Man Of The Dead.

SIMON COUGH
Simon ha sido ilustrador desde su más tierna infancia. Esto se trasladó a su formación, donde cursó todas las asignaturas de arte que pudo. Después de terminar su educación universitaria, Simon luchó por encontrar un nicho en el que pudiera establecerse para su trabajo artístico. Sin embargo, seguía leyendo cómics. Simon invirtió en una tableta barata y la probó coloreando el trabajo de otra persona, una pieza de Booster Gold de Joh James. Esto llevó a Simon a disfrutar de la libertad de pintar y no tener el estrés de crear la imagen. Continuó practicando con el arte de mucha gente, solo por diversión y experiencia. Luego Simon se metió en un flujo regular de trabajos por encargo, que continúa hasta el día de hoy. Finalmente, después de trabajar junto a algunos de los artistas más prolíficos del cómic para consolidar un estilo y construirse un nombre, le ofrecieron el trabajo de color en el videojuego DC Universe Online de DC, coloreando las escenas cinemáticas. Esto le dio a Simon su primera experiencia de plazos y ediciones. Luego le ofrecieron el puesto permanente de colorista de GIJoe: Snake Eyes, trabajo que continúa hasta el día de hoy.






