
La banda tejana Restos aterrizó por primera vez en Madrid y lo hizo con una gran acogida, logrando un lleno absoluto en la sala Clamores. Con su último trabajo, Ain’t Dead Yet, como bandera, la banda ofreció una noche inolvidable donde desplegaron su particular fusión de folk americano, country rock y altas dosis de energía eléctrica, en una propuesta que remite tanto a la profundidad melódica de Tom Petty y The Byrds como a la fuerza desenfrenada del rock and roll más potente.

Desde los primeros acordes, Restos marcaron el tono de la velada con un arranque más melódico, apostando por las raíces country en su sonido. Las eléctricas se entrelazaban con armonías vocales envolventes, creando una atmósfera íntima pero vibrante. Sin embargo, el concierto fue ganando intensidad progresivamente, transformándose en un auténtico torbellino sonoro que en varios momentos rozó el cowpunk, ese subgénero que fusiona la rebeldía del punk con la esencia del country.

El setlist recorrió temas de su nuevo álbum junto con algunos de sus clásicos, demostrando su habilidad para equilibrar la sensibilidad melódica con la energía de un rock and roll visceral. El público, entregado desde el primer instante, vibró con cada cambio de ritmo y explosión instrumental. Entre los momentos más destacados de la noche, sobresalieron sus versiones de Tom Petty, reivindicando la vigencia de su legado, y una incendiaria reinterpretación del clásico de Townes Van Zandt, «Pancho and Lefty», llevada a un terreno más eléctrico y poderoso sin perder su esencia emotiva.

El cierre del concierto fue una auténtica celebración, con la banda entregada y el público en un estado de euforia total. Restos dejaron claro que su música trasciende fronteras y conecta con la audiencia a un nivel visceral. Su paso por Madrid no solo confirmó su enorme potencial en directo, sino que también sembró la semilla de una futura vuelta que, sin duda, será esperada con entusiasmo. Un concierto para recordar y repetir.
