Mi frío es el de España
Mientras vivo, pienso,
pienso en lo que no está escrito.
Mientras escribo, muero,
muero por haber vivido.
Cuando muero, lloro,
lloro las perlas del alma.
Cuando el alma escapa,
escapan de mí las palabras.
Siento el acero, frío,
frío por falta de llama.
Siento la llama, lejos,
lejos y fuera de España.
Vivo, pienso y muero;
mi vida, palabras y alma.
Llora, muere y escapa;
el alma y la llama de España.
Me pasaré la vida sin vivir
He vestido a las nubes de cuero,
tapan el Sol que ya no merezco.
He teñido las calles de negro,
para de luto vivir sin saberlo.
Hablo conmigo estando en silencio,
si es que escucho, a veces asiento.
Bailo las horas que vivo riendo,
no bailo nada, nadie lo está haciendo.
Lanzó mi alma al mar, es una gota más.
Me pasaré la vida sin vivir.
La pesca el dolor, con cebo de papel.
Mil palabras que no saben qué decir.
Tal vez no vendrán, a ocupar mi lugar,
las duras penas que nublan mi mente.
Dime si es verdad, que lo que viene va.
Como hablo solo, nadie me responde.
Hijas de Luna
Conmigo la Luna se marcha,
huyendo de las luces del alba.
Con el amanecer no nos detengas,
pues yo te amo pero tú me dañas.
Si mis labios ya no duelen,
si de azotes no me matas.
Madre, volveré a buscarte,
en una noche despejada.
Marcho en busca de las estrellas,
hijas de la Luna en plata.
Marcho, Madre, porque han huido,
huyen para brillar sin trabas.
No busques la llave, Madre,
que a mi corazón herido guarda.
No la encuentres entre las rocas,
pues su escondite me salva.
Madre, los reflejos nos separan,
los de las hijas que yo busco,
las que la Luna echa en falta,
y que en mis lágrimas se bañan.
Si la noche se descubre,
y el cielo se alumbra de plata,
volveré a buscarte, Madre,
porque un hijo siempre ama.
Sangre por pintura
Rosas de barro a la luz de la lumbre,
las pintan los años, con brocha las cubren,
de rojo sangrado, a capas se aburren,
las flores en vano entre espinas huyen.
Agua rosada, de las venas el vino,
beben las hadas, rojo es el río,
cortan sus alas, tiemblan de frío,
rosas mundanas de barro tinto.
Grietas profundas, pétalos caídos,
rompen las musas las losas del sino,
bajo ellas las runas, que el Sol ha escrito,
todos las buscan, nadie las ha visto.
Son rosas de barro, las almas en duelo,
son versos del campo, los mil y un sueños,
son restos mojados, sin un solo dueño,
son los desplazados, que olvidó el cielo.