Eres un artista minimalista que con solo una guitarra, su voz y ligeras orquestaciones, tiene la capacidad de conmover a quien te escucha. ¿Alguna vez has sido consciente de tu enorme poder?
¡No! No me considero en absoluto como alguien con eso que tu llamas ‘enorme poder’. Eso sería mi muerte como artista, si lo pensara así, me convertiría en una persona insoportable como no imaginas. La humildad es ese lugar donde reside la moneda real.
Con este disco, ¿te has sentido más músico, compositor o productor?
Siempre soy los tres a partes iguales –y esa igualdad ––esa integración– es extremadamente importante para lo que hago. Todo ––escritura, actuación, producción–– necesita en última instancia como un solo impulso para que una canción tenga alguna esperanza de atemporalidad.
Este nuevo disco «All The Eye Can See» es un nuevo paso adelante en tu crecimiento artístico. ¿Qué preocupaciones, alegrías o acontecimientos lo han inspirado?
Bueno, creo que el enredo de alegrías y miedos tan flagrantemente en exhibición en este momento, tiende el camino a que te pueda inspirar todo lo que escuchas. A veces, se expresa de formas más abstractas, y a veces en un lenguaje más concreto; pero el controlador es siempre el mismo: ¿Cómo vivimos contundentemente sabiendo que un día dejaremos de hacerlo?
No entiendo muy bien el origen de la portada. ¿Qué significado tiene ese niño vestido como un adulto de una era pasada?
Para mí, el niño tiene una aflicción (que puede ser polio) y, sin embargo, se encuentra allí con dignidad y resiliencia. Opino que es un poderoso símbolo de estos tiempos: roto y desafiante. ¿No es así como todos queremos encontrarnos en este momento?
Álbumes como «Talk Of Heaven» o «Short Man’s Room» parecen muy lejanos y posiblemente fueron grabados por un Joe Henry más joven con una situación existencial diferente. cuando escuchas estos discos, ¿reconoces las motivaciones que te llevaron a grabarlos?
Nunca los escucho, la verdad… pero sé que mis motivaciones siguen siendo las mismas: escribir canciones. Sin ellas no podría plantearme grabar un álbum.
Quitar capas de sonido a tu música hace que todo sea más emotivo y auténtico… también más desnudo. ¿Te sientes cómodo siendo tan transparente a veces?
He aprendido a estar muy cómoda con esta especie de desnudez vulnerable, cuando la canción lo pide, es algo poderoso, íntimo y humano.
Tus canciones sin música alrededor, son pura poesía. ¿Lees este tipo de literatura?
He estado leyendo y escribiendo poesía desde que era adolescente; y creo que he estado tan influido por los poetas, como por cualquier cantautor.
La elegancia del jazz, que en el pasado tanto te gustaba recrear en algunos de tus discos, ha perdido su presencia en este nuevo álbum. ¿Qué ha pasado?, ¿De repente todo se estaba volviendo demasiado ruidoso y necesitabas empezar a simplificarlo?
Me encanta el ruido, y también me encanta la intimidad desnuda: todo se reduce a la película en la que tu crees que esa colección de canciones pueden sumarse… en qué color de luz esperas entrar.
Llevas años luchando contra una enfermedad compleja, algo por lo cual te mando mucho apoyo. ¿Te sientes especialmente vulnerable, o todo lo contrario?
Si te soy honesto, sí, me siento intensamente vulnerable, pero paradójicamente, a veces es genial la fuerza y el coraje que emergen precisamente de esa vulnerabilidad. Cada día es un proceso tenue y un regalo; pero eso era cierto incluso antes de que la enfermedad me hiciera hiperconsciente de ello.
