Siguiendo la broma que ilustraba la portada original de la primera edición de Astérix y Cleopatra donde, debajo de un breve dibujo se leía “la mayor aventura jamás dibujada” y se empezaban a enunciar todos los materiales utilizados: “¡14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda…!” y así en un largo etcétera, cualquier nuevo álbum publicado del gran héroe galo como es el caso de este El Lirio Blanco sigue con el juego de las cifras: “5 millones de ejemplares de tirada inicial en todo el mundo; 393 millones de álbumes vendidos en todo el mundo desde 1959; 127: los jabalíes que se enamoran de Obélix en esta aventura; 3: los litros de sudor que perdió Fabcaro mientras escribía su primer guión para esta colección”. Siendo justos y dados los tiempos que corren, con un descenso real de ventas incluso en mercados tan poderosos como el francobelga, creo que es una justa y merecida forma de comenzar. Porque la verdad es que, en muchas ocasiones, os recomendamos maravillas que luego ni leen ni compran tantos lectores como a editoriales y público nos gustaría. Pero Astérix es irreductible en su aldea y también lo es en la maravillosa celebración que debe ser que un cómic pueda llegar a ser el libro más vendido o leído, cada vez que podemos disfrutar de una nueva aventura del galo imbatible y toda su aldea.
Dicho lo cual y, teniendo en cuenta que estamos nada menos que ante la aventura número 40 de Astérix, cualquier aficionado a tan singular personaje de tinta en papel puede quedar tranquilo que, una vez más, lo han conseguido y El Lirio Blanco, aún con la ausencia de sus creadores originales, mantiene extremadamente alto el nivel de calidad de las últimas aventuras.


© 2023 HACHETTE LIVRE / GOSCINNY-UDERZO
En esta nueva aventura destaca y se nota la presencia de un nuevo guionista, Fabcaro, sustituyendo a Jean-Yvez Ferri, quien ha elegido hacer una pausa para dedicarse a la creación de un nuevo álbum de las aventuras de su personaje De Gaulle. Fabcaro es el seudónimo de Fabrice Caro, destacado guionista y novelista con una amplia trayectoria a sus espaldas que ha sido tan especialmente cuidadoso y respetuoso con el legado de Goscinny y Uderzo como su predecesor. El título de este nuevo libro, El Lirio Blanco es, en realidad, el nombre de una nueva corriente de pensamiento positivo nacido en Roma y que comienza a extenderse desde la capital a todas las ciudades del Imperio, incluyendo Lutecia. En otro momento de desesperación en el que César es incapaz de encontrar la forma de reducir a la más famosa de las irreductibles aldeas galas, éste cede a la propuesta de uno de sus consejeros para intentar quebrar a los galos de un modo “diferente”. Así, un nuevo personaje maquiavélico a camino entre psicoanalista, adulador nato y gurú new age, de nombre Viciovirtus, se convierte en el villano de esta aventura, naturalmente, llevando un lirio blanco como seña de identidad.
Fabcaro explica la elección del título y del personaje: “buscaba un título que siguiera la línea marcada por Goscinny y Uderzo, que a menudo encarnaban el tema de cada álbum en un objeto físico o una persona (Astérix y el caldero, El adivino, La gran zanja, El escudo arverno, La hoz de oro…). Aquí, el lirio es símbolo de benevolencia y plenitud, o al menos eso es lo que esperamos”. Y, efectivamente recordándonos a grandes villanos de las aventuras clásicas de Astérix, que además caricaturizaban a célebres personajes de la vida pública o actores, Fabcaro y Didier Conrad desarrollan toda una aventura que, más allá del homenaje, funciona y te engancha como lector. Viciovirtus, que antes tan sólo era médico de los ejércitos de César, se muestra capaz de engañar a todos con su aparente docilidad y complacencia. Pero lo peor es que sus tretas funcionan y los soldados romanos dejan de temer los ataques y peleas con los galos, hasta los jabalíes pierden el miedo a la presencia de Obélix en los bosques y lo que es peor, en la aldea gala nuestros viejos conocidos empiezan a cambiar hasta el punto de que Ordenalfabétix ya solo vende pescado fresco e incluso la aldea es capaz de soportar un recital entero de Asurancetúrix… Lo peor llega cuando quien cae en sus engaños es la mismísima esposa del jefe, Karabella, con nefastas consecuencias que, no obstante, nos llevarán a viajar junto a nuestros conocidos galos en su verdadero afán por solucionar problemas. Así, con inevitable viaje incluido hasta Lutecia, hay muchos momentos en que, honestamente, lejos de la publicidad, los números y el peso de un legado tan importante, lo mejor es que todo eso se olvida y te sumerges en una aventura con una muy buena historia detrás y un aún más excepcional trabajo al dibujo de Didier Conrad, que alcanza en este álbum un nivel de detalle y simbiosis con todos los personajes y fondos dibujados verdaderamente insuperable… o al menos hasta la siguiente aventura que tengamos la suerte de poder leer. Hasta entonces, no dudes en hacerte con El Lirio Blanco.

SOBRE LOS AUTORES

FABCARO
Fabrice Caro, conocido como Fabcaro, es autor de cómics y novelista. Entre su abundante obra, iniciada en 1996, se encuentran títulos como Le Steak haché de Damoclès (2005), La Bredoute (2007) y On est pas là pour réussir (2012). El éxito le llega en 2015 con el álbum Zaï zaï zaï zaï, que obtiene el Premio Landerneau BD «Coup de coeur», además del Ouest France quai des bulles 2015 y otros muchos galardones. El álbum fue adaptado al cine en 2020 por François Desagnat. En 2016 escribe el guion de las nuevas aventuras de Gai-Luron dibujadas por Pixel Vengeur (Fluide glacial). En 2018 aparece otra destacada obra suya, en la que mezcla humor absurdo y sátira social: Moins qu’hier (plus que demain). Su novela Le Discours (2018), en español El brindis, fue adaptada al cine por Laurent Tirard en 2020. En 2021 publica Guacamole vaudou, una fotonovela humorística que llevó a escena el audaz cómico Eric Judor.

DIDIER CONRAD
Como Astérix, Didier Conrad nació en 1959, en Marsella. Su primer cómic, Jason, se publicó en 1978. Pronto se lanza a la animación de las cabeceras de las páginas de la revista Spirou junto al guionista Yan, con quien creó poco después la mítica serie Los innombrables. Seguirán numerosas producciones cargadas de humor, sobre todo Bob Marone (1980), L’Avatar (1984), Le Piège Malais y Donito (de 1991 a 1996) con Wilbur. En 1996 se instala en Los Ángeles para trabajar en el desarrollo visual y el storyboard del largometraje La ruta hacia El Dorado (estrenado en salas en 2000), producido por Dreamworks SKG. Dos años más tarde regresa al cómic con la continuación de Los innombrables y prosigue su colaboración con Wilbur en La tigresa blanca (2005-2010), la serie RAJ (2007-2010) y Marsu Kids (2011-2012). Dibuja las aventuras galas desde el álbum Astérix y los pictos (2013).

CURIOSIDADES SOBRE EL LIRIO BLANCO


EL PROCESO CREATIVO PASO A PASO
EL GUIÓN TÉCNICO:

Fabcaro: La creación de un álbum es un proceso largo que pasa por diferentes etapas. Una vez validado el guion, el primer paso consiste en enviar un guion técnico con el texto y algunas indicaciones de distribución. Como podéis constatar, ¡yo pongo especial cuidado en la expresión de las caras!
LA VERSIÓN EN CRUDO:

Didier Conrad: Con el boceto de Fabrice como referencia, preparo el escenario de la historia. Trabajo los decorados y los gestos de los personajes en aras de dar vida a las escenas. Al contrario que en un álbum de viaje tradicional, hay pocas innovaciones visuales que aportar cuando se trata de un álbum que transcurre en la aldea. Así que me concentro en ir lo más lejos posible en términos de expresividad de los distintos personajes. Una vez validada la versión en bruto, o rough, puedo pasar al ataque con el dibujo a lápiz.
EL DIBUJO A LÁPIZ:

Fabcaro: El dibujo a lápiz final de Didier permitió concretar las actitudes de cada personaje y, sobre todo, la posición del texto. ¡Ya solo faltan dos etapas!
EL ENTINTADO:

Didier Conrad: Una vez validadas las 44 páginas dibujadas a lápiz, procedo al entintado, provisto de mi tinta china y mi pincel (Winsor & Newton serie 7 N-0). Al pasar al trazo en negro, la acción adquiere una densidad y legibilidad suplementaria. La escena tiene lugar en un decorado más elaborado, más trabajado, mejor sugerido. Además del texto, tenemos un gag visual. ¡Aquí, todos lo sentimos por Abraracúrcix, pues se está llevando un buen rapapolvo!
EL COLOR:

Didier Conrad: Esta etapa final se desarrolla en paralelo al entintado. Envío las planchas entintadas a Céleste Surugue, el editor, quien a su vez las revisa y pasa al colorista, el talentoso Thierry Mébarki.
CREANDO A VICIOVIRTUS
En un principio, Viciovirtus, médico jefe de los ejércitos de César, se iba a llamar Bibliobus, aunque los autores enseguida se percataron de que ese nombre no reflejaba su verdadera personalidad.

Así pues, optaron por un nombre que anunciase de forma explícita la duplicidad del personaje: Sabelotodo aleccionador y maestro en el arte del engaño y el fingimiento, Viciovirtus no tiene más que un objetivo: deslumbrar a César y dar a conocer su método en el mundo entero. Y si para ello tiene que someter a la última aldea gala que todavía resiste al opresor, ¡que así sea!
¿Cómo imaginaron, construyeron y dieron vida nuestros autores a ese colorido viajero, llegado para propagar sus bonitas palabras por la aldea? Los propios autores lo explican:
¿Cómo es la personalidad de Viciovirtus?
Fabcaro: Viciovirtus, más allá de ser un pensador, es un sabelotodo, el tipo de persona que podría decir: «Haz lo que yo digo, no lo que yo hago». Se trata de un personaje con tendencia a expresarse mediante citas y aforismos en ocasiones un tanto oscuros, con objeto de aparentar que dice cosas profundas.
Físicamente, ¿cuáles han sido vuestras fuentes de inspiración?
Fabcaro: Yo me imaginé a un hombre encantador, con un carisma innegable y capaz de sacar lo mejor de sus interlocutores física e intelectualmente. Junto con el editor, buscamos referencias para proporcionárselas a Didier, y acordamos centrarnos en un personaje de una edad avanzada o, como se suele decir, «con cierta experiencia en su haber». Un tipo apuesto con un aura de intelectualidad. Fue entonces cuando le sugerimos que se inspirara en Bernard-Henri Lévy y en Dominique de Villepin a modo de referentes.

LA INFLUENCIA DE VICIOVIRTUS Y LAS CONSECUENCIAS DEL LIRIO BLANCO
La serie de tiras inéditas concebidas por Fabcaro y Didier Conrad y publicadas este verano nos lo ha mostrado con claridad meridiana. Ahí descubrimos la crisis de pareja que atraviesan Abraracúrcix y su esposa, Karabella. Alternando la ternura con la ironía, el valiente veterano de Alesia lo mismo se muestra dispuesto a realizar esfuerzos para complacer a su adorada amada como obtuso en materia de sentimientos.

En El combate del jefe, la miniserie de verano, seguimos a un Abraracúrcix perdido, pero dispuesto a hacer (casi) cualquier cosa por recuperar el corazón de Karabella.

Fabcaro: Siempre he profesado un especial afecto por Abraracúrcix y Karabella. Él no se entiende bien con la modernidad; como buen machista, no es consciente de lo que dice. Pero tras su deficitaria comprensión hay un hombre frágil, muy dependiente y enamorado de su mujer. Por otro lado, no creo que la crisis de pareja se haya abordado en otros álbumes de esta manera. Es un tema a la vez universal y muy moderno. Me interesaba explorarlo en Astérix.
Didier Conrad: De todos los personajes de la aldea que son «víctimas» de Viciovirtus, Karabella es uno de los que más me gusta dibujar. ¡Sobre todo cuando se enfada! Hay que decir que la mujer del jefe tiene un carácter de aúpa: ¡cuando es necesario, no duda en hacerse respetar a golpe de rodillo pastelero, lo cual no le impide ser extremadamente romántica! Pese a su fuerte carácter, sus frustraciones la hacen especialmente vulnerable a la filosofía del Lirio Blanco. ¡Bosquejar las actitudes de Karabella fue para mí un auténtico placer! Añadiría que, en las escenas de tensión y disputa, la gestualidad, las expresiones y también el color son muy importantes en Astérix. Albert era un fenómeno cuando de dotar energía y emoción se trataba… La Comedia del Arte hecha cómic.


