Un editor de aquí, tan profesional en su trabajo como aún aficionado insalvable a disfrutar de muchos de los cómics que logra publicar en España, me recordó hace poco cómo a veces las posibilidades del Noveno Arte nos alejan del que fuera su razón de ser hace más de un siglo: entretener. Por eso, cuando entre honorables y buenas novelas gráficas o ensayos experimentados a través de viñetas llega a mis manos un cómic de aventuras, me resulta imposible dejarlo o salir de lo que cuenta hasta llegar a la última página. Personalmente creo que ese logro, hoy en día, es posible gracias a los autores europeos y, sobre todo, a los tebeos franco-belgas. Si a ese detalle le añades la justa dosis de Historia y el dato, verdadero, de que Norma Editorial es una de las editoriales que sigue apostando y sorprendiéndonos más que ninguna con ese género, la apuesta no puede fallar. Todo esto y bastante más es lo que encontrarás en la impresionante edición integral, en gran formato (23×31 cm.) y tapa dura, con la que Norma Editorial nos trae en castellano El primer Dumas, obra originalmente publicada en Francia por Glénat en tres tomos: «El dragón negro», «El diablo negro» y «El conde negro». Leída y asimilada, las dos primeras ideas inevitables que me vienen a la mente fueron: no hay como dos autores españoles, Salva Rubio al guion y Rubén del Rincón al dibujo y sobrecogedor color, para crear uno de los mejores cómics históricos de esos a los que resulta tan asiduo el lector franco-belga de tebeos. La segunda, aún viviendo en una época en la que la siguiente afirmación se cumple a diario, es que la Historia, la real, siempre supera a la ficción.
Incluso donde el olvido trata de borrar los nombres e historias de quienes, en la sombra, erigieron los pilares de toda la Historia que nos precede, basta que alguien encuentre el hilo a las primeras letras de esos relegados para que merezca la pena, siempre, recuperar sus vidas y su obra para todo el mundo. El nombre de Thomas-Alexandre Dumas es uno de esos casos. Y es que, además de ser el padre del escritor universal Alejandro Dumas, el inolvidable creador de ese clásico de todos los tiempos que siempre será Los tres mosqueteros fue, en realidad, parte indisoluble de la Historia de Francia. Thomas-Alexandre Dumas nació en Saint-Domingue, la colonia francesa de La Española (actual Haití), fruto de la relación entre un marqués blanco, dueño de una plantación en la isla, y una de sus esclavas negras. Hablamos del año 1776, por eso no es de extrañar que, como tantos otros, la infancia de este personaje singular acabase el día que que fue vendido, junto a su madre y hermanos por su propio padre, quien le hizo viajar a París para recomprarlo y nombrarle único heredero de su fortuna, como un francés distinguido.
Resumiendo a saltos algo que Salva Rubio y Rubén del Rincón han convertido en uno de los más apasionantes cómics históricos, basado en las aventuras reales de Thomas-Alexandre, en su azarosa vida, recuperada al detalle por los autores, le veremos ascender en el seno de un ejército que vivió algunos de los más crudos eventos de la Historia de Francia, Revolución Francesa incluida. Pero es que además, alistado con el apellido de su madre, Thomas-Alexandre fue el primer general negro de Francia y uno de los primeros de Europa y su nombre, bajo el mando del mismísimo Napoleón Bonaparte, está vinculado a algunas de las más célebres campañas napoleónicas, en las que llegó a comandar un ejército de hasta 53.000 hombres, siendo conocido por sus enemigos austriacos como El Diablo Negro, fama que le llevó hasta Siria y Egipto antes de caer en desgracia ante alguien de quien sí siguen hablando los libros de Historia.
Esa Historia es la que Salva Rubio define como «una disciplina cruel: ha de contar procesos complejos, multitudinarios y difíciles de entender de manera, por necesidad, simplificada, y en ese proceso se pierden los aportes que conforman la excepción: la Historia termina siendo una disciplina al servicio de la llamada mayoría: blanca, masculina, burguesa, heterosexual, privilegiada. Y en sus márgenes quedan olvidadas las historias de todos aquellos y todas aquellas que no pertenecen a esas categorías. Es la damnatio memoriae, la maldición del olvido que desde tiempos inmemoriales borra las contribuciones a la historia de todos aquellos hombres y mujeres que vencedores, gobernantes y reyes han encontrado incómodos. La que borra todas esas vidas negras, femeninas, queer, trans, migrantes… vidas que importan. Alex Dumas sufrió ese castigo. Y el hombre que en gran medida provocó su olvido, y que, como vencedor, escribió la historia, es aún hoy considerado uno de los más grandes héroes de la humanidad: Napoleón Bonaparte«.
Por suerte para el mundo y para quienes ahora podemos disfrutar, no sólo de la historia completa de Thomas-Alexandre Dumas, sino también de una obra absolutamente redonda donde, sobre los datos históricos probados, Salva Rubio y Rubén del Rincón nos hacen soñar recordando los profundos ideales que movieron a un personaje tan mayúsculo. «Ni Rubén ni yo -afirma contundente Salva Rubio–, autores de este cómic, somos negros ni franceses. Pero su ejemplo nos inspira para pelear como sabemos hacer, con nuestras propias armas: plumas y pinceles, contando historias. Por eso estamos convencidos de que en nuestra época, historias como las de Alex Dumas deben ser contadas para que se abran las puertas y que más personajes negros, más mujeres olvidadas, más héroes queer encuentren su lugar justo en las páginas de la historia y en los corazones de los lectores. Ambos pensamos que las historias de gente como Alex Dumas nos inspiran a todos a seguir luchando contra el fascismo, el racismo y la discriminación en cualquiera de sus formas. Su ejemplo nos ha dado fuerzas para continuar la lucha”.
Pero antes de recuperar el legado del padre, el dibujante Rubén del Rincón reconoce que, para él todo empezó cuando, con cinco o seis años, descubrió la serie animada D’Artacán y los tres mosqueperros de 1982. En ella se citaba por supuesto la obra original en que estaba basada, Los tres mosqueteros junto a su autor, Alejandro Dumas. «Fue la animación la que me hizo apasionarme por el dibujo -recuerda el autor-, pero aquel sencillo texto introductorio fue el que me inició en la literatura. Me llevó a leer la obra original, y desde entonces ya nunca pude desembarazarme de aquellos personajes. Ni de los que aparecen en la novela, ni del mismísimo escritor, de quien empecé a rastrear vida y milagros con fascinación. Encontré duelos deudas, anécdotas y aventuras varias. Pero lo que no podía imaginarme fue el gigantesco diamante en bruto que encontraría más tarde en la figura de su progenitor. El primer Alejandro, el Dumas original, «el primer Dumas»«.
«Si la vida del escritor estaba repleta de anécdotas, la de su padre lo estaba de grandes aventuras -reconoce Rubén del Rincón– Si la vida del hijo estaba trufada de éxito, la del padre lo estaba de épica. Si la del autor era una vida feliz, la del Revolucionario caía en la tragedia. Si el artista estaba rodeado de amigos, el héroe tenía como enemigo al hombre más famoso de todos los tiempos. Mi fascinación basculó para siempre en favor de ese primer Dumas«. El destino y la Historia fueron caprichoso y crueles con el destino de Thomas-Alexandre Dumas quien, casado con la hija de un posadero y miserable en sus últimos días, moriría sin saber que su pequeño hijo, también llamado Alexandre, llegaría a ser un escritor de aventuras mundialmente famoso… inspirándose en la vida del padre al que apenas conoció.
Incluso después de cumplir su sueño de ofrecernos en viñetas su propia visión de Los tres mosqueteros, Rubén del Rincón no dejó nunca de lado la idea de hacer algo con la vida del padre. «Tal existencia es una obra maestra con la que nada se puede comparar -afirma aún hoy, rotundo-. Es difícil, pero se podría intentar… Habría que leer las obras completas de su hijo que; enamorado de su padre, y huérfano de él desde los 4 años; filtró en sus obras diversos capítulos de la vida de su progenitor. Las aventuras del padre aprendidas de boca de la madre, de sus amigos, y hasta de la mismísima historia de Francia, resuenan en la apasionada obra del hijo a poco que se conozca algo de ambas». Y es que, reviviendo la vida del Dumas padre, resulta evidente y también emotivo ver las similitudes entre algunas de las escenas increíblemente recreadas por Rubén del Rincón, con Dumas padre con sus compañeros militares, como parte también del universo que llegaría después con Los tres mosqueteros del Dumas hijo.
El momento definitivo en que esta obra comenzó a tomar forma fue, como recuerda el dibujante Rubén del Rincón, cuando Salva Rubio llega a esta historia: «la aparición del primer Dumas en la vida de Salva, lo puso todo en marcha -recuerda el dibujante-. Buscábamos algo en que trabajar tras haber terminado Max. Los años 20 -cómic basado en el personaje de Arturo Pérez-Reverte El tango de la guardia vieja, donde ambos autores trabajaron juntos-, y me propuso hacerlo sobre Alejandro Dumas, el escritor. Al acercarse tanto a la diana, me dije que era una señal para hablarle del Dumas original, y proponerle hacerlo juntos. Así que le hablé del padre, y él dijo de responderme unos días después mientras asentía. Al corroborar que esa maravilla de historia era algo real, llamó para decirme que le encantaba, comentando detalles fascinantes… ¿Sabías que hubo una estatua suya en Paris? ¿Sabías que los nazis la fundieron tras la invasión para hacer municiones? ¿Sabías que su maestro también era negro, compositor, y el mejor espadachín de Francia?… Así que, codo con codo, nos fijamos una línea para la historia, armamos el proyecto, y no sin algún revés, pudimos vendérselo a Glénat. Tanto nos apasionaba a ambos El primer Dumas que trabajábamos a fondo cada capítulo, cada escena. Más incluso de lo que lo habíamos hecho anteriormente con Max. Los años 20«.
El resultado es una obra sencillamente magnífica en la que ambos autores han dejado tres años de su vida logrando un libro gigantesco en todos los sentidos. Esta imponente edición incluye, como es habitual en los libros con guion de Salva Rubio, un más que extenso dossier de 48 páginas al final de los tres libros aquí incluidos. En este caso, movido entre su estricto espíritu de historiador y las escasas pistas que a veces dejó la Historia escrita sobre un personaje que, pese a quien pese, existió, respiró y lucho por ideales puros de libertad e igualdad, Salva Rubio nos conduce con su amena forma de contar la Historia a través de los episodios datados reales más notables en la vida de Thomas-Alexandre Dumas. Todo ello iluminado con infinidad de dibujos y bocetos que reafirman además la brutal fuerza gráfica de un Rubén del Rincón desatado recreando la historia que parece ser siempre quiso dibujar. Cierran el libro las tres impresionantes portadas que sirvieron en otros tantos tomos en su edición francesa. Aunque la historia no concluye aquí. Porque, como anuncia Rubén del Rincón, quien durante mucho tiempo buscó una película sobre este personaje que no existía, parece ser que las productoras Pathé y Chapter 2 se han hecho con los derechos de este cómic para filmar, de la mano y talento de Ladj Ly, una adaptación cinematográfica que, según se ha anunciado, protagonizarán actores de la talla de Omar Sy, Francois Civil, Theo Christine y Vincent Cassel. No tardes en descubrirlo y cuenta tú también su historia. El primer Dumas es uno de los mejores cómics de todo 2025.
SOBRE LOS AUTORES
SALVA RUBIO
Salva Rubio es guionista de cine, televisión, cómic y animación. También es escritor e historiador. Nacido en una familia modesta, pero que lo animó a leer y estudiar, al igual que sus profesores, estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en diversos trabajos relacionados con el arte y la cultura, y decidió convertirse en guionista. Se licenció en Guion y trabajó como analista de guiones. Finalista del prestigioso Premio Julio Alejandro de la SGAE, Salva Rubio ha recibido numerosos premios como guionista. En 2010, uno de sus cortometrajes fue preseleccionado para los Premios Goya. Máster en Guion de Cine y Televisión por la Universidad Carlos III de Madrid, ha coescrito cortometrajes y proyectos cinematográficos para productoras españolas, incluyendo el largometraje de animación Deep (2016). También imparte clases de narrativa. Actualmente, Rubio se dedica a esta profesión como guionista de cine y cómic, a la vez que escribe novelas. Como escritor de cómics, ha escrito novelas gráficas como El Fotógrafo de Mauthausen, Monet, Nómada de la Luz o Django Mano de Fuego y trabaja para las más importantes editoriales de cómic europeas, como Dupuis, Glénat, Le Lombard o Delcourt. En cine su trabajo fue nominado al Goya a Mejor Largometraje de Animación en 2010; también ha publicado novela y ensayo cultural. Fue finalista del prestigiado premio SGAE Julio Alejandro, es miembro asociado del WGA (sindicato de guionistas americanos) y de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
RUBÉN DEL RINCÓN
De niño, Rubén amaba dos cosas: dibujar y luchar con espadas de madera. Por suerte, eligió dibujar en papel en lugar de seguir disfrazándose de D’Artagnan. Tomó sus primeras clases de dibujo a los cuatro años en el pequeño pueblo donde vivía con sus padres, antes de unirse a la Escuela Joso de Barcelona unos años más tarde. Fue durante este periodo que produjo algunos relatos para diversas revistas españolas, uno de los cuales llamó la atención de Jean David Morvan. Contactó con Rubén, y de este encuentro nacieron la serie Jolin la teigne, la mayoría de los relatos del tercer volumen de Sir Pyle y Los Tres Mosqueteros, que finalmente unió sus dos pasiones infantiles. También ha escrito y dibujado obras como NassaoViews, Mesalina, Robot Giant Hazard, entre las que destaca Entretelas, y co-escrito y dibujado novelas gráficas como El Boxeador o Las Damas de la Peste. Sus trabajos como ilustrador también se han publicado en grandes editoriales Europeas como Dupuis, Delcourt y Glenat. En España, se encargó también de adaptar e ilustrar La Sombra del Águila para serializarla en XL semanal. El primer Dumas es su debut en NORMA Editorial.
