“Los mejores veranos eran cuando eramos adolescentes” La Ley De Mantua nos hablan de esa adolescencia y mucho más

El primer single en salir fue “Dramático” para el cual habéis vuelto a contar en la producción con Íker Arranz ¿Es Iker un miembro más de La Ley De Mantua y que aporta para que volváis a contar con él en la producción?

Hola muy buenas. Pues la verdad es que a Iker se le puede considerar uno más, sí. Aunque no salga en las fotos, jaja. Desde que le conocimos, hemos desarrollado un entendimiento que nos lleva siempre a mejorar. Es un productor crítico con nosotros, y eso es sano y necesario si quieres avanzar. A parte, desde hace mucho nos une una gran amistad.

“Dramático” habla de los errores, las pérdidas… ¿Es difícil afrontar los errores, las pérdidas sin salir corriendo?

Huir de según qué errores, cuando son difíciles de afrontar por su carga emocional, puede ser la opción más apetecible. A veces es difícil superar algunas heridas.

Hablando de pérdidas, esta pandemia, que espero que esté ya finalizando, nos ha dejado muchas pérdidas por el covid 19 o por otras enfermedades. ¿Creéis que hemos aprendido a valorar la vida de otra forma?

No estoy muy seguro de que como sociedad, hayamos aprendido a valorar lo importante. Creo que sólo los que han estado cerca del dolor han tomado buena nota. En general el ser humano es olvidadizo, salvo algunas personas que cuentan con una empatía muy grande.

¿Qué ha sido lo más dramático en todos estos años para “La Ley De Mantua”?

Ha habido momentos en los que el desánimo parecía apoderarse del color, que las cuestas parecían demasiado altas y que lo que hacíamos no importaba. Por suerte, sin pedirlo ni esperarlo, los mensajes de aceptación y de enhorabuena por el trabajo llegaron para darnos un aire que necesitábamos. Un oxígeno vital en forma de cariño.

El siguiente single en salir ha sido “Adolescente”. ¿Ayudó la música a sobrellevar mejor esa adolescencia?

La música fue la clave. No recordamos la adolescencia sin música…Salíamos del instituto e íbamos derechos al local de ensayo o al half, era nuestro divertimento y nuestro refugio. Escribir letras en un cuaderno era práctica habitual antes, durante y después de las clases. Aún conservo letras de aquella época.

¿Qué echáis de menos de esa etapa?

Los veranos. Cuando se supone que debes pasar a la vida adulta, los veranos saben diferente. Juntarse con los amigos y no parar de un lado a otro.

Nosotros pasamos el mayor tiempo de nuestra adolescencia en la calle, entre amigos, discos, conciertos, un balón…aprendiendo la ley de la calle. Recientemente leí un artículo que dice que nuestros adolescentes pasan al día 4 horas delante de una pantalla. ¿Se puede empatizar con el resto de la humanidad pasando tantas horas delante de una pantalla?

No sé si empatizar, pero al no tener tanto contacto con la calle, se pierde un aprendizaje primordial. Se nos forja el carácter en la adolescencia y lo que es más importante, nuestra sensibilidad, nuestras emociones…soy quien soy y compongo como compongo, por cómo viví y lo que me pasó en el instituto.

En nuestra adolescencia la forma de consumir música era distinta, a nosotros un disco nos podía durar varios meses, nos daba tiempo a dar más oportunidades a las canciones, ahora va todo tan rápido que es imposible darles ese tiempo o una segunda oportunidad. Si en los primeros segundos no nos gusta la canción, la pasamos, hay miles de ellas en internet. ¿Cómo veis la forma de consumir música en la actualidad?

Demasiado rápido. Como artistas, vemos cómo un disco que hemos construido en dos años con esfuerzo y cariño, puede ser fagocitado y desechado en cuestión de un mes. Sin que dé tiempo a saborearlo.

¿Tenéis pensado cuando saldrá el disco y ya sabéis el título del disco?

Tenemos el título, pero aún es algo que queremos guardarnos. Somos muy de compartir todo y nos quedamos sin sorpresas que dar…(risas). Durante el confinamiento salieron muchas ideas y nos ha costado mucho llegar a un setlist concreto. Ha resultado ser muy variado en cuanto a estilo, por lo que esperamos que para noviembre podamos lanzarlo al mundo y ver si está a la altura.

Spotify va a patrocinar al Fútbol Club Barcelona. La cultura en los últimos años no ha vivido sus mejores momentos, salas que han cerrado, músicos que han tenido que buscar otro trabajo, montadores de escenarios, transportistas, técnicos de sonido, de luces, medios de comunicación que han cerrado… eso por un lado. Por otro lado, lo poco que cobra un grupo de regalías de esta empresa. ¿Cómo ves este patrocinio?

No es ningún secreto que lo que recibe un músico de Spotify es absurdamente poco. Como empresa, evidentemente que hagan lo que quieran, pero yo particularmente estoy muy regañado con el fútbol; con el ambiente que genera alrededor y con la manera de paralizar cualquier otra actividad. Parece haber un mundo paralelo, en el que el fútbol es lo único que importa y lo demás no existe. No lo entiendo y no me gusta.

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