Recomendación incondicional de Medusa y Perseo y entrevista con su creador, el dibujante y artista revelación alemán André Breinbauer.
Si sigues habitualmente esta sección puede parecerte intencionado, pero de verdad es una coincidencia que, en tan poco espacio de tiempo se den cita en estas páginas virtuales dos autores alemanes de procedencia y formación tan distinta con productos artísticos de tan notable calidad como los libros que os recomendamos. Apenas a una reseña de distancia, el también alemán Mikael Ross comparte con André Breinbauer su reconocida admiración por autores franceses como Christophe Blain y Blutch, por mucho que el estilo de ambos, pero sobre todo el de André Breinbauer, sea algo completamente diferente y único. Otra increíble casualidad une también a este sorprendente autor alemán con Martin Panchaud, ese autor suizo del que también os hemos hablado aquí al que le diagnosticaron dislexia y él, como respuesta, encontró en los cómics una forma de expresarse donde podía disimular sus limitaciones. Como Panchaud, con diálogos mínimos y aprovechando al máximo los recursos narrativos del cómic que Breinbauer demuestra de forma natural en Medusa y Perseo, el resultado es una de las novelas gráficas más apabullantes que he tenido la suerte de leer, presenciar o vivir en mucho tiempo.
Si bien es cierto que al aficionado al cómic le invaden mensualmente muchas más novedades de las que nadie puede abarcar y que, además, no dejan de aparecer propuestas editoriales cada poco tiempo, me gustaría empezar hablándote de Tengu Ediciones por si no los conoces. Editorial de cómics de relativamente nueva creación, si tienes la suerte de descubrir y hojear Medusa y Perseo en tu tienda de cómics favorita, entenderás rápidamente que Tengu Ediciones se toman muy en serio su pilar fundamental, que “se asienta en el profundo amor que sentimos por el noveno arte”. Y es que Medusa y Perseo es un libro que desde el momento que salta a tus manos se presenta como una obra de arte en todos los sentidos. Para empezar, la originalidad de su autor, André Breinbauer, hace que este libro tenga dos portadas como puedes comprobar un poco más arriba, porque se puede empezar a leer por ambos lados, como si fuesen dos libros. Afrontando el conocido mito griego de Medusa, la Gorgona con serpientes por cabellos que convertía en piedra a todo aquel al que miraba, y la aventura de Perseo, que fue el único que triunfó enfrentándose a ella, Breinbauer nos cuenta por separado sus historias, de modo independiente, confluyendo ambas en el final ya conocido.
Con un respetable tamaño que permite disfrutar de la maravilla de dibujos contenidos en su interior, Medusa y Perseo se presenta además con tapas duras y parte del dibujo de sus respectivos protagonistas satinado con elegancia absoluta. En su interior, cinta amarilla marcapáginas y una edición en un papel de una calidad excepcional que mantiene y resalta la fuerza del dibujo a color y en blanco y negro del autor. Incluye además unas originales solapas sobre las tapas duras, donde se presenta a los personajes, al autor y donde también se incluyen los agradecimientos de éste. Con semejante presentación, ¿quién podría resistirse a abrir esta caja de Pandora gráfica?
Una vez que dejas a un lado el asombro con el que este libro se presenta a si mismo, llega el momento de decidir por qué lado empezar a leer: ¿Medusa o Perseo? Como la mayoría de figuras y dioses de la mitología griega, ambos nombres han viajado a través de los siglos hasta convertirse incluso en iconos reconocibles dentro de la cultura popular. Personalmente soy de los que disfrutó de la película Furia de Titanes de 1981 en una sala de cine y la figura de Medusa, animada por el legendario Harry Harryhausen en esta película, es una imagen que la versión posterior de esta película (de 2012) no logró superar. Como personaje mitológico, Medusa era la única mortal de las tres Gorgonas, siendo sus hermanas inmortales Esteno y Euríale. El nombre de Gorgona procede de la palabra griega antigua γοργός, que significa “sombrío”, “feroz” y “terrible”, mientras que el nombre de Medusa deriva del verbo griego antiguo μέδω, que significa “custodiar” o “proteger”. Desde los escritos de Hesíodo a la Odisea de Homero o los escritos de Ovidio, el mito de Medusa fue transformándose. Capaz de transformar en estatuas de piedra a quienes la miraban, Medusa rara vez fue descrita como una criatura violenta. Ni en los primeros escritos en los que nacía con su cabellera reptiliana ni en los posteriores, sobre todo a partir del Renacimiento, donde Medusa era violada por el dios griego Neptuno (o dios Poseídon para los romanos) en un santuario de la diosa griega Atenea (o diosa Minerva para los romanos). Como represalia por ser víctima, la diosa Atenea castigó por “haber profanado su templo” a Medusa convirtiendo su hermosa cabellera en serpientes. El sentido común descubre a los verdaderos monstruos. Y André Breinbauer nos sumerge en el lado del libro dedicado a Medusa en una visión y versión del mito escalofriante, narrada en su mayor parte tan sólo con los impresionantes dibujos del autor, empleando varias técnicas que realzan el efecto dramático de algunos pasajes donde Breinbauer alcanza la perfección expresiva absoluta.
Pero entonces, ¿no es Perseo el héroe en esta historia si se dispone a enfrentarse y dar muerte a una mujer inocente, víctima de los caprichos de los dioses? Bueno, como bien explica André Breinbauer, su Perseo, si bien se enfrenta a la misma suerte que el de las leyendas, en este caso se trata todavía de un niño, que trata de salvar a su madre Dánae de las garras del tiránico rey Polidectes, que los secuestró a ambos y para quien sólo la cabeza de Medusa aliviará el sufrimiento de su madre. El Perseo de este lado del libro tiene poco que ver con los héroes atléticos de los mitos, griegos o populares. Y desde el inicio de su asombroso viaje dudamos de a dónde le llevara un camino en que se cruzan con él peligros reales, amazonas, ninfas, las tres Grayas, que sólo ven a través de su ojo mágico e incluso el caballo alado Pegaso que, según la leyenda, era el propio hijo de Medusa. Protegido y a vez manipulado por los dioses, Perseo conseguirá esos objetos míticos como el escudo de Atenea por todos conocido, en un viaje sin retorno sobre todo a la perdida de la misma inocencia robada a Medusa. Breinbauer vuelve a presumir de una técnica narrativa audaz, forzada al mínimo diálogo, a las frases básicas, para dejarnos a solas, en grandes silencios de muchas páginas, con un relato visual de un dinamismo y dimensiones gigantescas. Sus dibujos a página completa o doble página son pequeñas obras de arte que, sin ser realistas ni pretenderlo, nos trasladan con su expresionismo al interior de las dos historias, de uno y otro lado.
Medusa y Perseo es un libro recomendado para todo verdadero aficionado del cómic europeo. Lo mejor del toque franco-belga con la visión única de este autor alemán lo convierten en una poderosa novela gráfica que merece ser descubierta y conocida tanto como su autor André Breinbauer. La edición en castellano, traducida por Consuelo Centurelli y maquetada y rotulada excepcionalmente por Celia González Bandera es una verdadera joya y, cuando la descubres y afrontas una primera lectura (de muchas), el efecto es el mismo que haber viajado a la antigua Grecia a lomos de un Pegaso dibujado en viñetas con alas de papel.
Entrevista con André Breinbauer acerca de Medusa y Perseo
La presente entrevista forma parte de la hoja de promoción del libro de André Breinbauer en su edición original en alemán. En ella no se incluye el nombre del entrevistador/a pero sinceramente, lo acertado de las preguntas y lo revelador de las respuestas creo que invita, no sólo a descubrir esta obra cómo merece, sino a releerla muchas veces con las aportaciones y apuntes de su autor.
¿Cuándo descubriste el cómic y qué te atrajo del medio?
Mi gran amor por los cómics, naturalmente, tiene su origen en mi infancia, con los clásicos Fix y Foxi (Ndt: Serie de historietas creada por Rolf Kauka protagonizada por un grupo de animales antropomórficos que tuvo un gran éxito en Alemania, dando lugar también a una serie de televisión), Mickey Mouse y Astérix y Oberlix. Por lo general, mis padres me los compraban según recuerdo en quioscos de prensa. Cuando tenía algo de dinero, empecé a comprarlos yo mismo. No sabía leer todavía, pero las historias eran fáciles de entender solo a través de las imágenes. En un momento dado, mi prima (que era 5 años mayor) me mostró cómo dibujar Ottifants (Ndt: personajes creados por el popular humorista alemán Otto Waalkes que tuvieron incluso programa de televisión en Alemania). Impulsado por esta sensación de logro, pasé días dibujando este personaje en mil variaciones divertidas: vomitando, riendo, enojado, etc. Pero en algún momento se volvió aburrido e inventé mis propios personajes. Primero un humano, luego un perro y un gato. Cuando mi madre me compró un cuaderno escolar con páginas en blanco, inmediatamente comencé a hacer mis propios cómics. Siempre quise contar historias, pero me resultaba muy difícil escribir textos más largos. No fue hasta los 14 años que me diagnosticaron dislexia. Pero entonces no había ninguna conciencia social al respecto y mis limitaciones no se tenían en cuenta en las clases de alemán. Mis cómics me dieron la oportunidad de superar esta desventaja. Los diálogos y los textos más breves me resultan mucho más fáciles, pero todavía hay que corregir todos los textos (incluido éste). Mientras estudiaba diseño gráfico, conocí a algunas personas con ideas afines y publicamos algunas antologías de cómics. El intercambio con otros ilustradores siempre fue una gran inspiración.
¿Qué artistas te influyeron como lector de cómics y más tarde como dibujante de cómics?
En mi juventud fue Bernie Wrightson; me encantaba su estilo realista y su estilo, que tiene algo de Gustave Doré. Por supuesto, también se debió a sus historias de terror, que adornaba maravillosamente con hábiles juegos de luces y sombras. Por supuesto, no se puede ignorar a Moebius cuando se trata de artistas de cómics importantes. Estudiar arte cambió mi estilo y mis preferencias. Al principio probé dibujos más realistas y anatómicamente correctos. Pero eso requiere mucho tiempo y paciencia y de alguna manera me frenó. Todo parecía demasiado rígido y estrecho en mi realismo. Dave Cooper, Christophe Blain y Blutch aportaron un nuevo impulso a mi estilo y dibujo. Mis dibujos a tinta se volvieron cada vez más sucios y expresivos, es decir, ya no prestaba atención a las líneas perfectas y me encantaba trabajar con tinta seca y translúcida. Michel Rabagliati es un modelo a seguir por su forma de contar historias. Utiliza un esquema de página claro y ordenado y sus escenarios tienen una estructura narrativa impresionantemente simple. Desarrolla muy bien sus personajes y puedes ver cómo los personajes se desarrollan de una historia a otra.
¿Cómo surgió Medusa y Perseo? La mayoría de la gente conocerá la leyenda de Medusa, pero probablemente por las versiones infantiles simplificadas de la historia de Perseo o por películas como Furia de titanes. ¿Conocías la versión de Ovidio? ¿Qué te fascinó de la historia?
Anteriormente ya llevaba algún tiempo trabajando en una historia basada en la Odisea de Homero, con la diferencia de que se suponía que iba a transcurrir en los tiempos modernos. Pero trabajar en ello resultó ser cada vez más difícil. El proyecto se convirtió en mi propia odisea. Había visto un documental sobre Jiro Taniguchi en Arte en el que habla de su enfoque: simplemente trabaja de una página a otra. Así quería hacerlo, pero luego perdí el hilo después de 70 páginas y tuve que presionar el botón de pausa. Durante esta época se celebraba en Viena la exposición Dioses de colores, con estatuas antiguas reconstruidas con colores vivos. Me interesó porque estaba lejos de terminar con la mitología griega y pensé, quién sabe, tal vez una musa allí me bese. Pero nunca hubiera pensado que esta musa sería la cabeza de una Gorgona pintada por Rubens. El cuadro La cabeza de Medusa en el Museo de Historia del Arte me cautivó y nunca me soltó. Por supuesto, conocía las versiones mencionadas de películas y libros infantiles, pero quería saber qué potencial tiene todavía esta figura legendaria. Pero a diferencia de La Ilíada y La Odisea, había muchas tradiciones diferentes y, a su vez, diferentes versiones e interpretaciones de ellas. Mientras investigaba, me topé con la versión romana de la leyenda de Ovidio. Su historia difiere ligeramente de la versión griega común, pero contiene una “historia del origen” de Medusa completamente diferente, lo que me convenció para profundizar en este fascinante personaje y su historia. Con el surgimiento de la segunda ola feminista, la lectura cultural de la figura de Medusa también cambió; la obra feminista de Hélène Cixous “La risa de Medusa”, por ejemplo, reinterpretó a Medusa como un símbolo creativo empoderador. Sin embargo, para muchos autores y artistas modernos, el núcleo de la historia de Medusa es el abuso y el feminicidio.
¿Qué papel juega para usted y su historia el debate cultural de los últimos años?
Mi proyecto Medusa ha experimentado una serie de desarrollos, por lo que trabajar en él llevó mucho tiempo. Me acerqué lentamente al libro. Al principio quería contar la historia de Medusa sólo desde su perspectiva. Pero eso no habría hecho justicia al personaje de Perseo, después de todo, cada personaje tiene sus propios antecedentes y carrera. Esto me llevó a la idea de hacer un cómic invertido, una forma narrativa con la que estaba más familiarizado en los libros infantiles. Para mí era importante contar la historia de ambos personajes por igual y así crear un cambio emocional de perspectiva. Trabajé alternativamente en ambas figuras para coordinar las dos partes del libro en términos de alcance y contenido. Con razón, el tema #metoo surgió en los medios de comunicación en ese momento. Vi muchas entrevistas y documentales y mi actitud hacia Medusa ciertamente estuvo influenciada por eso. Aunque inicialmente no estaba familiarizado con la interpretación feminista del personaje, me sentí confirmado en mi nueva interpretación de la leyenda. Lo difícil, claro, es reajustar la mirada masculina que automáticamente tienes como ilustrador. Recibí consejos y apoyo de buenos amigos con quienes discutí y reflexioné sobre el problema una y otra vez. Fue para mí un proceso de aprendizaje intensivo, durante el cual tuve que repensar constantemente y, como resultado, revisar completamente el cómic varias veces. Mi Medusa fue primero una mujer fatal que se vengaba del sexo masculino, utilizando su cuerpo para petrificar al guerrero en el momento justo. Pero rápidamente me di cuenta de que un cliché tan simple y anticuado no encajaba realmente con su personaje.
Medusa es sin duda una de las figuras más representadas de la antigüedad, especialmente con su cabeza cortada. Ya mencionaste a Rubens, pero Caravaggio, Rodin y muchos otros también inmortalizaron a Medusa. ¿Qué te interesó sobre la representación del personaje a lo largo de los siglos y cómo querías contrastar tu versión del mismo?
Para empezar, quería encontrar un diseño de personaje completamente nuevo para ella, e hice clic en Internet buscando representaciones de Medusa y luego rompiendo con ellas. Pero con el tiempo llegué a la conclusión de que sería mejor utilizar la imagen culturalmente establecida para que el contraste con la interpretación poco convencional de su vida interior y sus acciones fuera aún mejor.
La otra mitad de tu libro trata sobre el héroe clásico Perseo, a quien retratas como un niño y no como un joven. ¿Por qué elegiste esta interpretación del personaje?
Hay dos puntos que fueron importantes para mí aquí. Por un lado, el lector debe explorar con ojos ingenuos el mundo al que es arrojado Perseo. Todo es nuevo para él. Un Perseo mayor parecería más bien un guerrero estúpido y moralista. Quería destruir este cliché del héroe antiguo desde el principio. El niño primero debería encontrar su camino en este mundo y también pasar por un cierto desarrollo. Impulsado por tener que salvar a su madre, sólo para darse cuenta de que su plan no será tan fácil y duda de sí mismo. El segundo punto es el final de la historia. No quería cambiar el resultado clásico del encuentro entre los dos personajes; quería que se mantuviera como lo conocemos muy bien por los libros y las películas. Pero el hecho de que Perseo sea todavía un niño cambia la visión del final y de cómo continúa la leyenda después. Nuestra idea del bien, del mal y del heroísmo vuelve a verse socavada, como en la parte del libro de Medusa.
Su libro tiene dos portadas y cuenta las historias por separado. Cuando terminas con una historia, le das la vuelta al libro y lees la otra; las narraciones se encuentran a la mitad. Dependiendo de si lees primero la perspectiva de Perseo o Medusa, tendrás una experiencia de lectura completamente diferente. ¿Qué orden de lectura recomendarías?
No recomendaría un orden de lectura, sino más bien intentar un experimento. Una vez que hayas leído una de las dos páginas, debes recordar el sentimiento, la idea que tienes sobre el otro personaje o su parte de la historia. ¿Qué (prejuicio) tuviste sobre ella y qué esperas saber sobre ella en la otra parte? Casi inevitablemente, la perspectiva cambia a favor del personaje que lees primero. Puedes probar esto con amigos si han leído primero al otro personaje. Y luego, sin duda, será interesante ver cómo cambian la identificación y el partidismo al leer la segunda parte.
SOBRE EL AUTOR
ANDRÉ BREINBAUER
André Breinbauer, artista y dibujante de cómics alemán nacido en 1973 en Passau, estudió diseño gráfico en la Academia de Arte de Núremberg. Desde 2005 ha dedicado su carrera a la ilustración y cómics en Viena como artista independiente. Los cómics de Breinbauer fueron publicados en diversas revistas y antologías como Echo des madness, adaptaciones de Lovecraft. Creó contribuciones para, entre otros, el MAK – Museo Austriaco de Artes Aplicadas. Su debut en novela gráfica, Medusa y Perseo, explora la eterna pregunta de quién es el verdadero héroe y quién el monstruo, influenciado por su fascinación infantil por la mitología griega. Además de sus obras publicadas, Breinbauer imparte cursos de cómic en la Zeichenfabrik Wien.
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