Obra y fenómeno de dos gigantes de la BD francesa como son Joann Sfar y Lewis Trondheim, La Mazmorra fue un fenómeno editorial en Francia de cuyo eco resulta difícil querer escapar. Si fuiste de los que disfrutaste tomo a tomo del peculiar universo único creado por sus autores, serás de los que inevitablemente releas las mil y una peripecias de Herbert y Marvin, protagonistas de un mundo donde no sólo conocimos a miles de personajes inolvidables, sino a decenas de dibujantes increíbles que ofrecieron su arte a las locas ideas de Sfar y Trondheim. No hace mucho os recomendábamos haceros con el Integral 5 de la saga y hoy lo hacemos aún más convencidos con este La Mazmorra Integral 6, que marca además el final de la etapa clásica de La Mazmorra y el último de los integrales con los que Norma nos ha hecho revivir páginas inolvidables del mejor y más irreverente cómic francés. O al menos hasta que haya nuevos tomos suficientes para traerlos a nuestro país en los formidables tomos en tapa dura con sobrecubierta que han dado forma a esta imprescindible colección. Este Integral 6 incluye los 5 tomos conocidos como La Mazmorra Festival, que nos cuentan nuevas peripecias que se pueden leer de modo independiente del resto de Herbert y Marvin y que, en la cronología de la serie, transcurren entre los tomos 1 y 2 de Zenit, es decir, al comienzo de la historia conocida de La Mazmorra.
Quizás la más curiosa de las coincidencias respecto a La Mazmorra Integral 6 es que, editada hace unos meses, fue el primero de los títulos que ya ha editado en este 2024 Norma Editorial de un autor tan mayúsculo a estas alturas como los propios Sfar y Trondheim. Porque en este caso, el colaborador y dibujante elegido para dar vida nada menos que a cinco álbumes de la serie, fue Manu Larcenet. El autor de Los combates cotidianos que este año nos dejó por dos veces boquiabiertos por dos nuevas obras tan diferentes como la original Terapia de grupo y la sobrecogedora La carretera, nos deleita por tercera vez con su visión única del mundo a través de sus trazos, imaginación y colores.
Nadie que haya leído o disfrutado con los dibujos de Manu Larcenet duda de su capacidad innata para el humor más mordaz. De hecho, cuando ilustró su primer volumen para la serie de La Mazmorra Festival, llevaba seis años trabajando en la mordaz revista satírica Fluide Glacial. El guionista y crítico de historieta Jorge García, quien firma un muy interesante prólogo a este La Mazmorra Integral 6, nos recuerda, de hecho, la capacidad innata de Larcenet para la comedia, sin perder nunca la compostura o la dignidad. En el primer tomo de este integral, Una mazmorra de más, Sfar y Trondheim son capaces de superar en varias páginas con la suficiente inteligencia nada menos que un concurso de pedos… “Larcenet es alguien que odia los concursos de pedos”, confesó Trondheim al crítico Thierry Bellefroid. “Cuando le presentamos esta escena no estaba convencido. Nos dijo que odiaría verla en Fluide. Pero al leer la secuencia se dio cuenta de que era realmente divertida. Es una escena divertida y trágica al mismo tiempo. Un personaje va a morir. Y la única atracción que todavía encuentra en la vida es que tiene que reír, que la muerte no es tan importante, que el pedo es ddivertido. Es lo que la desactiva y hace que la escena no sea vulgar”.
Retos escatológicos aparte, lo que evidencia la gran inteligencia de La Mazmorra en su conjunto es, una vez más, la importancia de las aportaciones individuales de cada dibujante invitado. Os recordamos que nombres de la escena europea del calibre de Blain, Blutch, Andreas o el argentino Carlos Nine han dibujado aventuras de la serie. Y en este caso, Manu Larcenet nos lanza de cabeza, desde la primera viñeta, a su yo más desatado, donde las mil y una ideas de Sfar y Trondheim como guionistas propiciaron algunas de las páginas más locas y originales de toda la serie. Bastan las páginas que os mostramos a lo largo de esta reseña para entender que el único límite de los lápices de Larcenet aquí fue contener su propia imaginación dentro de la lógica del guión. El resto es un despliegue visual impresionante, que nos hace entender el éxito de la serie cuando comenzó a publicarse, en marzo de 1998 y su permanencia hoy en día, 26 años después. La infinidad de criaturas originales, propias, mezcladas en la depurada narrativa gráfica y la dinámica de Larcenet hacen que cada una de las historias incluidas en este integral sepan a muy poco, aunque esto también se explica por el hecho de que los episodios de La Mazmorra Festival son inusualmente cortos: apenas 30 páginas frente al estándar de álbum europeo que siempre suele superar las 40.
El resultado es un último integral de impecable edición y presencia, que cierra a lo grande otra serie finalizada por una editorial que se toma en serio terminar las colecciones que inicia, ofreciendo grandes ediciones a precios razonables que suponen, con historias como las de La Mazmorra Integral 6 muchas horas de puro y verdadero entretenimiento. Tratándose de un tomo donde además todas las historias pueden leerse de modo independiente e incluso independientemente del resto de álbumes de La Mazmorra, realmente la única recomendación a la hora de disfrutar de este trío de ases es que te cuides de leerlo delante de otras personas porque con seguridad experimentarás más de uno y dos momentos en que te resultará imposible evitar la sonrisa o la carcajada ante las estridentes ocurrencias de guionistas y dibujante. Lectura ideal para cualquier momento en que, si te encuentras bajo de ánimo, necesites todo lo bueno que nos hace recordar lo sano que resulta reírse.
SOBRE LOS AUTORES
JOANN SFAR
Nacido el 28 de agosto de 1971 en Niza, debuta en 1994 con el álbum Les aventures d´Ossour Hyrsidoux y con varias historias en la revista Lapin, editada por L´Association, la cual le editará asimismo algunos álbumes de pequeño formato en la colección Patte de Mouche. En 1996 lanza su primer álbum en color, Petrus Barbygère, con Pierre Dubois, para la editorial Delcourt; para la misma, a partir de 1996 guioniza Los Potamoks, con dibujos del español José Luis Munuera y Troll, ilustrado por Jean-David Morvan. En 1997 realiza La fille du professeur para Dupuis, con dibujos de Emmanuel Guibert, y al año siguiente produce como autor íntegro la novela gráfica Paris-Londres para Dargaud. En 1999 crea, de nuevo en solitario Les dossiers du professeur Bell y, para los lectores más jóvenes, Petit Vampire –a la que se incorpora en el 2000 una serie “hermana”, Grand Vampire– y, de nuevo con José Luis Munuera al dibujo, Merlin; todas ellas para Delcourt. El mismo año ve iniciar su colaboración con Lewis Trondheim en la pronto popularísima La Mazmorra, en la que ambos autores comparten mano a mano las tareas de guión y dibujo. En 2001 vuelve a trabajar con Guibert en Les olives noires, para Dupuis, protagonizada por un niño en la Judea de los tiempos de Jesucristo; en 2002 es el turno de Socrate le demi-chien con dibujos de Christophe Blain, para Dargaud, y muy especialmente, para la misma editorial y de nuevo como autor completo, un homenaje a sus raíces judías con El gato del rabino, historia de las relaciones entre el rabino titular y su gato, un animal capaz de hablar y razonar como los humanos, que le valdrá tres premios en el Salón de Angoulême 2003 y otros galardones. Sfar es asimismo director de una colección de libros juvenil, Bréal Jeunesse, de la cual es autor de algunos títulos.
LEWIS TRONDHEIM
Seudónimo de Laurent Chabosy, nació el 1 de enero de 1964 en Fontainebleau (Francia). En 1987 asiste a un coloquio sobre la historieta celebrado en Cerisy, donde conoce a Jean-Christophe Menu, quien le descubre las posibilidades del medio. Al año siguiente lanza su primer fanzine, ACCI H3319 y en 1990 funda con Menu y otros dibujantes el colectivo L´Association, destinado a la edición y promoción de jóvenes valores, que en breve se convierte en una referencia imprescindible del cómic independiente en Europa. En 1992 aparece el primer álbum de su primer personaje importante, el conejo Lapinot, Lapinot et les carottes de la Patagonie; el siguiente, Slaloms, le valdrá en 1994 el premio Alph´Art al mejor autor revelacióndel Salón de Angoulême y un contrato con Dargaud para realizar álbumes en color de Lapinot. Ese mismo año lanza las andanzas sin palabras de La Mosca, publicada inicialmente en la revista de L´Association Lapin y luego por la editorial japonesa Kôdansha, antes de ser redibujada para su edición en álbum y de conocer una adaptación en dibujos animados. A partir de ahí multiplica sus colaboraciones para revistas –Spirou, Okapi, Je Bouquine, etc.- y sus álbumes, tanto para grandes editoriales como para L´Association y otros sellos independientes. En 1998 presenta The Nimrod, publicado directamente en álbumes por la editorial estadounidense Fantagraphics y, junto a Joann Sfar, da a luz la que será su mas célebre creación, La Mazmorra, desopilante parodia de los universos de los juegos de rol con protagonistas animales, para la editorial Delcourt, dividida a su vez en varias subseries –Amancecer, Zénit, Crepúsculo, etc.- y contando con la colaboración de dibujantes ocasionales como invitados. Sus siguientes series, solo o en colaboración, incluyen entre otras Les trois chemins (Delcourt, 2000, con Sergio García), Pequeño Papá Noël (Dupuis, 2000, con Thierry Robin), Les cosmonautes du futur (Dargaud, 2000, con Manu Larcenet), Venezia (Delcourt, 2001), El rey Catástrofe (Delcourt, 2001, con Fabrice Palme), Allez raconte (Delcourt, 2001, con José Parrondo) Kaput & Zösky (Delcourt, 2002) y la serie de cuadernos de croquis Carnet de bord (L´Association, a partir de 2002). Autor prolífico –más de 80 álbumes en apenas quince años de carrera-, Trondheim se ha erigido como uno de los líderes incontestables de la “nouvelle b.d.” gala.
MANU LARCENET
Emmanuel Larcenet (1969) debuta profesionalmente en 1994 en las páginas de la revista humorística Fluide Glacial, con la que entabla una fructífera relación que se prolonga hasta 2006. Allí afila sus mejores armas: la mordacidad, la parodia y el sentido del absurdo. Creador inventivo y versátil, sus primeros álbumes, titulados Soyons fous y 30 millions d’imbéciles, ven la luz en 1996. En 1997 funda junto a Nicolas Lebedel el sello Les Rêveurs, donde edita obras experimentales como Dallas Cowboy (1997), Presque (1998), On fera avec (2000) L’artiste de la famille (2001). En paralelo, colabora con grandes editoriales francobelgas. Para Dupuis dibuja la trilogía La vie est courte (1998-2000), sobre textos de Jean-Michel Thiriet. Con el sello Dargaud lanza Les cosmonautes du futur (2000-2004), sobre guiones de Lewis Trondheim. Con Delcourt participa junto a Trondheim y Joann Sfar en la popularísima serie La Mazmorra, ilustrando el ciclo Festival (2000-2007). En 2002 alcanza el éxito editorial junto al guionista Jean-Yves Ferri con La vuelta al campo, divertidísima serie que aborda en clave de humor las vivencias de un dibujante urbanita instalado en la campiña francesa. Un año después se consagra con Los combates cotidianos, cuya primera entrega le vale el premio al mejor álbum en el Salón de Angoulême en 2004. En 2009 experimenta una sorprendente mutación gráfica con Blast, obra maestra en cuatro volúmenes que compagina, entre otros títulos, con el álbum unitario Valerian visto por Manu Larcenet: la armadura del Jakolass (2011) o la serie Una aventura rocambolesca de… (episodios inventados de la vida de personajes históricos como Vincent Van Gogh o Atila el Huno). En los últimos años su firma aparece asociada a adaptaciones literarias de envergadura, como El informe de Brodeck (2015), a partir de una novela de Philippe Claudel. Norma Editorial acaba de reunir en un integral los tres volúmenes de Terapia de grupo (2020-2022).