Nueva edición de “Ici Même”: la reinvención del cómic europeo por Tardi y Forest. Edita Norma Editorial.

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Al tiempo que nos mantiene al día con algunas de las obras más premiadas o vendidas en el país vecino, Norma Editorial mantiene más viva que nunca su faceta de editorial recuperadora de clásicos, ya sea porque las ediciones antiguas hace tiempo que se agotaron y descatalogaron o bien porque en Francia se reeditan obras clásicas con contenido y formato que merece la pena disfrutar también aquí. Este es el caso, una vez más de Jacques Tardi, de quien no hace demasiado tiempo os recomendábamos la nueva edición de su El grito del pueblo. En esta ocasión, se trata de Ici Même, una obra que revolucionó muchos pilares del cómic conocido cuando comenzó a publicarse en 1978, por entregas, en la revista À Suivre donde, como su nombre indica en francés, “continuará”, aprovechó el formato por entregas para convertirse en un singular experimento creativo único e irrepetible.

Para empezar, sus autores, tanto Jacques Tardi como Jean-Claude Forest, son ambos autores completos acostumbrados a escribir y dibujar ellos mismos sus historias. Jean-Claude Forest fue el creador del mítico personaje de Barbarella en 1962, de modo que cuando ideó y decidió embarcarse en Ici Même, venía precedido por tanta experiencia y conocimiento del medio como Tardi, quien ya había logrado editar sus crudas historias sobre la Gran Guerra y también su mítico personaje Adèle Blanc-Sec. Curiosamente, la publicación À Suivre, sostenida por el apoyo de la editorial Casterman, supuso un nuevo horizonte de creatividad donde autores como Forest y Tardi demostraron en aquel ahora lejano 1978, que el noveno arte nunca deja de reinventarse. Evitando anclarse a un solo género, Jean-Claude Forest recuerda, en la interesante introducción que firma para esta nueva edición, la ventaja y “único inconveniente” de construir una historia por entregas: “(…) el trabajo sin red, sin remordimientos posibles, ya que al contrario de la novela y de la obra de teatro, que se puede volver a trabajar después de haber escrito la palabra “fin”, Ici Même se realizó, como hoy la mayoría de los cómics, según una práctica que remite al folletín, es decir, por “entregas”. El capítulo, apenas terminado, se entregaba a la revista (À Suivre), para ser impreso y publicado”.

El argumento inicial parece respirar ese ambiente decimonónico del folletín tan típicamente francés cuando apenas comienza Ici Même asistimos al surrealista escenario en el que transcurre la vida de Arthur Même, último representante vivo de una dinastía antaño dueña de todas las tierras de Mornemont, una población recóndita e inventada, en Francia, conocida como “El país cerrado”, porque antiguos privilegios reales concedieron inexplicablemente la independencia y soberanía absolutas tratando de saldar viejas deudas con cualquier cosa menos dinero. La cuestión es que la familia de Arthur Même poco a poco fue perdiendo las fincas que confirmaban Mornemont, a excepción de los muros que separan unas villas de otras. El resultado: el supuesto heredero legal de aquel lugar, quien pretende recobrarlo a toda costa, incluso a costa de una larguísima serie de procesos judiciales, sólo puede caminar y vivir en los muros divisorios, donde incluso tiene un amago de estrecha casa adaptada a su única pertenencia. Y su único sustento y esperanza de recuperar lo que una vez fue de su familia es que también le pertenecen las entradas a cada propiedad, de modo que sólo su inmenso manojo de llaves permite la entrada y salida de adineradas y rencorosas familias a cual más extraña o increíble.

A partir de ese momento y comprendiendo el sistema por entregas con que Ici Même fue creado originalmente, explica el enrevesado escenario sobre el que este refinado guionista y el contundente dibujo en estado puro de Jacques Tardi, en blanco y negro, construyeron un relato que nos engancha y mantiene subidos a esos estrechos muros junto a Arthur Même. El desfile de personajes no tiene desperdicio y hace de los temas tratados personas que se amontonan en una intriga cada vez más enrevesada: desde el amor imposible personificado por una de esas mujeres fuertes pero dependientes y perturbadoras que tan bien dibuja Tardi como es Julie; al entrañable tendero aprovechado que cada semana lleva provisiones a Mornemont en un diminuto barco de vapor; pasando por los políticos corruptos, aprendices de dictador, que pretenden convertir tan peculiar población en una excusa para su perpetuidad en el poder… y tantos otros que, como los habitantes de Mornemont, personifican la ambición, la hipocresía y la falsedad que conllevan la riqueza. Sin perder ni un ápice de interés o situación aún más increíble que la anterior, el humor y el dibujo negros de ambos autores nos sume inevitablemente en una historia que no deja de ser una lucida reflexión sobre nuestra sociedad, tanto la de finales de la década de los 70, como la que nos encierra en pleno siglo XXI. Completamente vigente hoy en día, es curioso que Jean-Claude Forest se defienda no obstante del verdadero significado de esta historia al dejar claro que “no quiera verse en Ici Même un panfleto, una sátira de nuestra sociedad o de los representantes de su régimen político. Tampoco ha sido mi intención burlarme del apego a la propiedad privada. Si dicho apego lleva en esta historia a situaciones grotescas, le pasa lo mismo a la política, a la ley, la tienda de comestibles o la formación, que sirven a un relato, a una intriga, cuyos cimientos están en otra parte y que debería, en mi opinión, hablar de otra cosa bien distinta”. La conclusión, por encima de la sátira inevitable como puro reflejo del patetismo de las costumbres que nos mueven, es que lo importante, sin importar dónde, cuándo o cómo, es la historia de los personajes y lo que éstos sean capaces de hacernos creer y soñar mientras tenemos la oportunidad de que formen parte de nuestra propia vida.

Con una encuadernación, cuidado por el papel y con una espectacular dimensión de 24×31 cm., resulta imposible no aplaudir una vez más una edición de Norma Editorial con la que disfrutar de las viñetas que enmarcan la historia de Arthur Même en Ici Même es toda una experiencia sensorial, ya que en este caso el inspirado y espectacular trabajo en blanco y negro de Jacques Tardi fue trabajado en páginas de viñetas realmente grandes, que en esta edición nos permiten detenernos y deleitarnos con la precisión y detalle de su trazo.

El epílogo perfecto para el libro es un texto de uno de nuestros más respetados e influyentes eruditos sobre el mundo del cómic, Álvaro Pons, quien firma sus reveladoras reflexiones sobre el libro bajo el título “Ici Même: fondo, forma y momento”. El broche perfecto para otro libro imprescindible.

SOBRE LOS AUTORES

JEAN-CLAUDE FOREST

Jean-Claude Forest nació 11 de septiembre de 1930 en Perreux sur Seine. En 1949, en su primer intento literario, Forest recurre a las mejores fuentes: mientras aún asiste a la escuela Métiers d’Art, adapta La Flecha Negra de Stevenson. Hasta principios de los años 60 trabajó en periódicos (Vaillant) y con editoriales (Offenstadt) para jóvenes. Sin embargo, es en la ilustración de ciencia ficción donde encuentra la libertad que tanto le falta en el cómic, tanto para la revista Fiction como para Le Livre de Poche o las colecciones de Rayon Fantastique, en Hachette. Será en 1962 para la revista V, donde imagine las primeras aventuras de su mítico personaje Barbarella. Toda una revolución sexual. Publicado como álbum por el editor de los surrealistas, Jacques LosfeldBarbarella fue rápidamente censurado, prohibiéndose su exhibición, publicidad y venta a menores. En 1964 bajo el seudónimo de Jacques ValherbeForest escribe las primeras páginas de Los Naúfragos del Tiempo para Paul Gillon, una ambiciosa serie de ciencia ficción. Al mismo tiempo, comparte con Rémo Forlani el puesto de redactor jefe de la revista Chouchou, que acoge, entre otros, su Baby CyanideForest también hace televisión y dirige una comedia musical compuesta por Serge GainsbourgMarie Mathématique, para el programa Dim Dam Dom. Mmmm. En 1968 Roger Vadim hizo lo que pudo, que no fue mucho, tratando de adaptar al cine Barbarella. Fue una lástima porque Jane Fonda con un traje de buceo roto prometía mucho y el propio Forest diseñó los decorados, pero los resultados no fueron precisamente los esperados. En 1971 lanzó su álbum Mystérieuse matin, midi et soir, una serie iniciada y rápidamente interrumpida en Pif, dado que los puritanos propietarios de la publicación criticaron a Forest por su imaginación demasiado desenfrenada. France Soir no plantea esos reparos y sin pestañear publica las primeras tiras de Hypocrite. En 1978 Forest escribe el guión de Ici Même. En 1979 dibujaría lo que, para muchos, es su obra maestra: La Jonque fantôme vue de l’orchestre. De 1984 a 1988 Forest se ocupa del cómic en Okapi. Allí inventa un detective cazador de fantasmas para SavardLéonid Beaudragon. En 1984 Forest recibe el Gran Premio de la Ciudad de Angulema, otorgado por sus compañeros -y amigos, en su mayor parte- por todo su trabajo. En 1996 Alain Bignon dibuja las cien páginas de Il faut y voir pour le croire (les Aventures de Narcisse Mulot). Por desgracia Jean-Claude Forest no vería el año 2000, ya que murió en vísperas de 1999.

JACQUES TARDI
Nacido en Valence (Francia) el 30 de agosto de 1946, tras estudiar en la Academia de Bellas Artes en Lyon y en la Escuela de Artes Decorativas de París, se inicia en la historieta en 1969 en el mítico semanario Pilote con una historia de 6 páginas, Un cheval en hiver, con guión de Jean Giraud. Tras otras colaboraciones breves con diversos guionistas, en 1971 aparece su primera historia de continuará con guión de Pierre ChristinRumeurs sur le Rouerge. Al año siguiente, con guión propio, lanza Adieu Brindavoine, donde ya perfila su estilo definitivo y su pasión por los años de la I Guerra Mundial, y cuyo protagonista, Lucien Brindavoine, reaparecerá como secundario en Adèle Blanc-Sec. En 1974 Dargaud, la editorial de Pilote, le publica directamente en álbum Le démon des glaces, de nuevo en colaboración con Christin, pero una serie de desacuerdos le hacen abandonar dicha casa. Ese mismo año, Futuropolis saca también directamente en álbum La veritable histoire du soldat inconnu, y en 1975 una historia rechazada por DargaudUn épisode banal de la guerre des trancheés, aparece como suplemento del diario Libération. En 1976 Casterman le edita el primer álbum de su serie más popular, Adèle Blanc-Sec, homenaje a los folletines de principios del siglo XX, de la realizaría hasta la fecha ocho títulos. Colabora en Metal Hurlant con varios episodios cortos de ciencia-ficción y la historia larga ambientada en la antigua Roma Polonius, con guión de Picaret, y en B.D., efímero semanario lanzado por Éditions du Square, con el relato policíaco Griffu, con guión de Manchette.

En 1978, al lanzar Casterman el mensual À SuivreTardi está presente desde el primer número con el surrealista Ici Même, con guión de Jean-Claude Forest. En 1981 adapta en viñetas el detective Néstor Burma, creado literariamente por Léo Malet, en Niebla en el puente de Tolbiac, del que ilustraría otras cinco entregas. Sus siguientes obras incluyen La guerra de las trincheras (iniciado en 1982; versión definitiva en álbum en 1993), El exterminador de cucarachas (1983, guión de B.Legrand), Jeux pour mourir (1992, basado en la novela de Géo Charles Veran), La última guerra (1997), El soldado Varlot (1999, con Didier Daenincx) y La patada (2000, guión de Daniel Pennac). En 2001 inicia la saga El grito del pueblo en tres volúmenes, adaptada de la novela de Jean Vautrin, relatando la lucha de la Comuna Francesa. Uno de los grandes narradores gráficos franceses del último tercio de siglo, Tardi ha realizado numerosos trabajos gráficos aparte del cómic: portadas, ilustraciones, carteles, portafolios, etc., destacando especialmente sus ilustraciones para la edición de lujo de varias novelas de Louis-Ferdinand Céline, además de recibir importantes galardones a lo largo de su carrera, incluyendo el Gran Premio del Salón de Angoulême de 1985, año en que recibió la Orden de Caballero de las Artes y las Letras.

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